Era un continuo de gente entrando y preguntando por disponibilidad de mesas, a quien se le ocurre en el cénit de las super populares fiestas del barri de Gràcia hacia donde se desplazan miles de barceloneses para recorrer sus engalanadas calles no reservar mesa con antelación, a los visitantes de otros barrios de Barcelona se juntan los cientos de turistas que vuelven al centro de la ciudad después de visitar el Parc Guell, nosotros habíamos reservado con dos días de antelación y a las 13,30 hora en la que inician el servicio en previsión de lo que podría haber sido una caótica comida.

Todos los platos que pedimos fueron para compartir, bonito escabechado servido tibio acompañado de ensaladilla de patatas y mostaza, milhojas de verduras ahumadas con hierbas y con queso Idiazabal, diversas capas de distintas verduras hechas al horno sobre una base de masa de pizza, los dos platos muy bien resueltos, muy bien presentados y francamente buenos. Rematamos con arroz de sepia y ortiguillas de mar, arroz muy gustoso, al dente como nos gusta y con la gran explosión de sabor de las ortiguillas ligeramente rebozadas, servido en paellera en el centro de la mesa, no tomamos postre y terminamos con dos buenos cafés

Muy buena coca de pan con tomate, botella de agua desmineralizada sin cargo y una garnacha blanca con un pequeño porcentaje de macabeo de la DO Terra Alta, Xalera elaborado por Bernaví en la población de Villalba dels Arcs, el servicio consistió en el descorche, cata y primer servicio.

El servicio de gente joven y desenfadado pero eficiente y con "saber estar".

Lugar agradable con buena cocina y con una buena relación calidad precio. 

El barrio de Gracia de Barcelona es uno de los barrios donde más ambiente hay y donde la oferta de bares, restaurantes y locales de copas es más amplia.

La Panxa del Bisbe es un pequeño local de ambiente informal y desenfadado atendido por gente joven, una parte de la cocina a la vista y cocina moderna de autor, sirve tapas y raciones. Precios muy contenidos

Compartimos los primeros, calamar, romesco y saltado de verduras y ajos tiernos, y guiso de guisantes, habitas , alcachofas, menta y butifarra negra, buena materia prima en ambos casos y muy buena elaboración.

Seguimos con costilla de cerdo ibérico cocinado a baja temperatura, salsa barbacoa y saltado de verduras, un plato muy bien conseguido, y picaña madurada con acompañamineto de berenjena, salsa holandesa y chimichurri, muy buena calidad de la carne y servida con el punto de cocción solicitado.

De postres un brownie con nueces, toffee y helado de nata y dos bolas de helado de turrón.

Cava Llopart brut nature de trago fácil y muy fresquito.

Dos buenos cafés para rematar la comida. Un chupito de orujo de hierbas por cortesia de la casa

Excelente relación calidad precio. Sin duda un lugar a tener en cuenta.

Buen producto, buenas preparaciones, interesante carta de vinos. Lastima del servicio: amable, muy amable, pero desorganizado. No se puede en horario de apertura, realizar tareas propias de pre- servicio (limpiar, barrer suelo, etc.). El personal se efuerza por hacerlo bien, pero la falta de orgainzación se traduce en un pequeño caos, amable, pero servicio caotico: platos que llegan frios o no llegan, platos que no saben si han servido o no... En cualquier caso, en Barcelona, parece ya ser una norma: buen producto y mal servicio. Voleveré y recomiendo.

Probablemente ha cambiado de propiedad y/o dirección. Comida aceptable, correcta, algun plato frio, otro desordenado (!!!). Servicio antipatico, condescendiente y ¡sucio!. Desorden. En pleno servicio, el (unico) personal de contacto, desaparece i regres con una bolsa con bebida (vino, cava, refrescos) y procede a ¡reponer neveras!.
La comida. Sabriosa, aunque con problemas de temperatura (el pure de calabaza bueno, pero frío) y de guarniciones (mismo mezclum para la ensalada de granada, frutos secos y queso azul, que para la guarnición del foie).
Recomendré? A alguien sin manias y viajado. Volveré? Probablemente, no.

Por recomendacion de mi hijo ( alumno adelantado en hedonísmo), nos acercamos con curiosidad. Sitio pequeño pero acogedor ( ocho mesitas + barra ) que estaba a rebosar de clientes. No reservan para dos personas, pero si te acercas con tiempo ,ellos te avisan al móvil cuando hay sitio. El barrio de Gràcia es un encanto y lleno de locales para echar una cervecita mientras esperas.
Todos estos pródromos para mi marido son un handycap, pero mereció la pena!. Se trta de una carta corta pero original y seductora de tpas generosoa de una coina de calidad , variada y,sobre tod, a precio justo!!.
Cata de vinos corta pero con referencias novedosas y de calidad, sin precios disparados. Nosotros tomamos un Priorato Crianza " Dos borrachos" 2008, intenso y mineral, muy adecuado a las deliciosas tapas.
A destacar, el salmon fresco exquisito a estilo sashimi, y el suquet de rap muy bien elaborado y buena materia prima. El pan con tomate muy rico ( parece una "tontada" pero es importante cuidar este detalle). Postres elaborados e imaginativos. Café: un expresso de arábica muy aromático y bien servido.
En fin, muy recomendable, salvo durante las agostinas Fiestas de Gràcia, donde supongo no se podrá dar un paso por la zona.
Sólo un pero... los amantes de cenas íntimas quedan excluidos, pues el sitio es pequeñito, estamos juntitos, y la "alegria" de comer y beber bien, nos hace muy ruidosos, verdad?