Carne, carne y carne

Este parece ser el sueño gastronómico de todo bávaro, de hecho el taxista que nos llevó al local salivaba sólamente de enumerar los platos que podíamos pedir, y cuando al fin llegamos estaba emocionado de habernos traído a aquél, para él, templo de la buena comida.
La verdad es que el restaurante es muy bonito y lleno de sabor, se ve antiguo y dcorado a la manera tradicional, con profusión de madera, fotos viejas, lámparas con tradición y años,...los camareros visten los trajes típicos de la zona y la carta está dedicada casi íntegramente a la carne y al embutido, todo en platos tremendos de cantidad, para satisfacer al más glotón.
La atención muy profesional y amable a la vez, pedimos para empezar un surtido de embutido y queso, correcto, y de segundos para compartir goulasch con trigo, salchichas con chucrut y codillo con patatas, todo en su punto, sabroso y como ya he dicho abundante hasta decir basta.
De postre unas manzanas flambeadas con helado, muy ricas.
No bebimos vino por lo que no puedo opinar, la cerveza magnífica como no podía ser menos en un sitio así.
Para disfrutar si te gusta la carne preparada de muy variadas maneras y en cantidad.
No pagué yo pero creo que no salió por mucho más de 40€.