Local nuevo

Situado a pocos metros del mercado de Sagarra de Santa Coloma de Gramanet, en la esquina con la c/Sant Ignasi, han abierto este pequeño local con productos de Arribes del Duero. Ambientación rústica con una pequeña recepción a la entrada, que también hace las veces de tienda, seguida por 4 mesas altas para 4 personas cada una, y unas cuantas estanterías con productos principalmente de la zona, además de un pequeño armario climatizado y un expositor refrigerado con embutidos y quesos ,y, al fondo, la zona de cocina, totalmente a la vista del público. Un camarero-cortador de jamón-socio y un par de mujeres en la cocina dan un esmerado servicio a los afortunados comensales que consiguen ocupar alguna de las escasas mesas. Servilletas de papel y copas con nombre del Consejo Regulador de la D.O. serigrafiado. Sin mantel ni cubierto.

Como su nombre indica, su oferta gastronómica se limita principalmente a vinos y tapas a base de embutidos y quesos, prácticamente todo de la zona de Arribes del Duero. La carta se divide en montaditos y tapas, todo a buen precio. Sólo vi un plato que requiriese "cocina": callos. También disponen de un menú degustación por 10,-€/pax, consistente en un plato surtido con embutidos y queso, acompañado de unas rodajas de pan con tomate y aceite de Llardecans (Lleida). Conté una veintena de vinos, aprox. Prácticamente todos ellos se pueden pedir a copas, con precios a partir de un euro la copa. No me gustó el detalle de no poner el nombre del vino (en algunos casos) ni la añada (en ninguno de los vinos). Las botellas las venden a precio de (su) tienda más 3 euros por el descorche. Por poner un ejemplo, y dado que no estoy nada puesto en precios de vinos de esa D.O., pregunté por el Bruñal. Me informó el camarero que costaba más de 100 euros. En una tienda online de Barcelona venden el 2004 por 85,-€.

Tomamos unos vinos en la pequeñísima barra de la entrada mientras hacíamos cola: una copa de blanco afrutado (1,50€) y otra de blanco con barrica (2,20€). Tuvieron el detalle de dejarnos un par de taburetes.

Ya sentados a la mesa, empezamos con el montadito cántabro (2,-€/ud.) y el especial de la casa (2,50€/ud.). Ambos deliciosos y de buen tamaño. La anchoa del cántabro, mejorable. Seguimos con el menú degustación (10,-€/pax). Embutidos muy buenos. Al jamón, cortado a mano delante nuestro con más ganas que arte, le faltaba, para mi gusto, algo más de curación. Tampoco me pareció adecuado que pusiesen aceite de Lleida, teniendo aceite de la zona (nos lo dieron a probar al final de la cena). Repetimos pan con tomate (4 rebanadas, 1,20€). Yo repetí un montadito de cada (por acabar la copa de vino) y mi mujer pasó al postre: un arroz con leche de la marca Goshua (3,-€) con canela a discreción (le dejaron el frasquito en la mesa), servido en el propio tarro de barro con la tapa cortada. Este arroz con leche lo compramos para casa por un euro aprox. y le quitamos toda la tapa. Acompañamos la comida con un par de copas de Gran Abadengo (3,80€/copa) para mí y un botellín de agua (1,-€) para mi mujer.

Aprovechamos para comprar una cuña del queso zamorano y el chorizo picante que nos pusieron con el menú degustación, así como una botella de aceite para un amigo muy aficionado al aceite.

En general, muy bien. Dado el poco tiempo que llevan abiertos, espero que ajusten los detalles (nombre y añada de los vinos en las pizarras; la presentación del arroz con leche; el corte del jamón; una carta con mejor presentación, que incluya los vinos con su añada y, no estaría de más, información sobre la/s variedad/es de uva; copas más adecuadas, especialmente para el vino tinto; el uso de aceite de Arribes de Duero; formación del camarero sobre lo que vende). Tampoco estaría de más que le pusiesen un mandil al camarero, ya que llevaba la camiseta llena de lamparones. Como sugerencia, botellas de agua de 1/2 l. o 1 l. de vidrio.

El precio corresponde a lo que cené yo. La cena de mi mujer costó 20,60€. La puntuación no se corresponde con la impresión que nos llevamos. Incluso con las carencias observadas, salimos encantados. Seguro que volveremos, a pesar de las 21 paradas de metro que tenemos desde casa. Aparcar es casi imposible.

Una sugerencia: dejad el local de El Poble Espanyol para los turistas. Este es más pequeño... o más íntimo, según como se mire :-)