Buena opción

Hemos estado unos días en ese rincón precioso del Pirineo que es la vall de Boí disfrutando de la calma, la naturaleza y ese conjunto románico impresionante que de hecho es patrimonio de la humanidad. Una de las noches decidimos salir a cenar fuera (nos alojábamos en un apartamento) para aprovechar para hacer algunas fotos de las iglesias iluminadas por la noche y fuimos a parar a este restaurante (había pedido recomendaciones al amigo catachan pero no pude mirarlas por problemas informáticos, sorry).

De entrantes nos pedimos:

- ensalada tibia de crestas de gallo y setas: muy buena, las setas eran de conserva de calidad, vamos que sabían a setas y no a conserva. La pedí porque tenía curiosidad por probar las crestas de gallo desde hacía un tiempo y la verdad es que me gustaron.
- Ensalada de mollejas de pato. Se la pidió Rosa. Muy buena.

De segundos:

- civet de jabalí: mejorable, un pelín seco.
- truchas de río con alcaparras: bien, un par de truchas pequeñitas pero muy gustosas para ser truchas. Las alcaparras le dan un toque curioso al plato.

Postres:

- flan de queso: buenísimo, casi tan bueno como el de Cal Penyora!
- melón: bien.

De beber me pedí una botella de 1/2 de Privat brut nature reserva. Carta de vino no muy extensa pero con suficientes referencias para encontrar acompañamiento a los platos, más de tintos que de blancos, claro.

La Marta se tomó un par de platos de una escudella espectacular.

En resumen, buena opción si se está por la zona. Si no recuerdo mal a mediodía tienen un menú por 15 € que tenía muy buena pinta.

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