Continuamos en la exitosa y actual línea de habilitar espacios de restauración dentro de mantequerías, ultramarinos, charcuterías, etc., pero en este caso, en el de Alimentación Huerta, han ido un pasito más allá porque han instalado cocina. Y tutelada ni más ni menos que por el equipo de La Sucursal.
Así pues, tenemos un verdadero restaurante (pequeñito, eso sí), Coloniales Huerta, dentro de una tienda, Alimentación Tomás Huerta. Éste aprovecha todo el resabor que la primigenia decoración y la exposición de productos le otorga. Con los nuevos elementos incorporados y la cambiante luminosidad (escaparate-interior) conforma un estilo ecléctico y una atmósfera apacible, al menos al mediodía. Me gusta esa mezcla de azulejo valenciano con cubos de zinc… Muy interesante.
Mesas de madera justitas con manteles individuales de papel. Moderno y funcional, pero no excesivamente cómodo.
Elegimos el menú-degustación “Tapas”, que consistía de dos entrantes al centro, un tercer entrante individual, y un plato principal también individual. Pero como veníamos hambrientos, le añadimos otro entrante extra, quedando así la comanda:
• Lasaña fría de buey de mar y mahonesa de cítricos. Este fue el plato que añadimos al menú, y a la postre resultó ser el mejor. Fresco, sabroso y con un acertado juego de texturas.
• Carpaccio de presa ibérica ligeramente ahumada. Acompañado de rúcula, con un buen aliño y sal de escama. Muy gustoso.
• Coca de tomate, pesto y jamón. Normalita.
• Huevo por estrellar. Era uno de los ya casi olvidados “huevos pasado por agua” sobre una cama de patatas deshechas y jamón. Me hizo gracia la presentación, en un simpático cuenquito. En boca, correcto sin más.
• Corvina con arroz negro. Excelente la corvina, tanto de calidad como de punto. El arroz negro, insulso.
• Crema de yogurt de piña. Nada del otro jueves, pero resultaba ligerito y fresquito.
Para beber, me di el gustazo de pedirme una copita de blanco, y con ella en la mano, darme un paseíto por las estanterías de la tienda y elegir con mucha calma el vino. Iba buscando alguna cosita “seria” para aprovechar los buenos precios, pero me topé con una mencía de la que me habían hablado maravillas por su RCP, Godelia, que, efectivamente, estuvo fantástica. 8€ + 4€ por descorche. Me gustó mucho este sistema de poder beberte cualquier botella del colmado y pagarla a precio de tienda sumándole el mencionado descorche.
Servicio joven, atento alguno y no tanto alguna otra. No cambian los cubiertos excepto al final. Fue rodada la comida hasta que llegamos al plato principal, donde encallamos. Esperamos mucho, demasiado.
Una experiencia agradable, con sus claroscuros, pero que me invita a repetir.
Es verdad, tiene ,"el lapicero muy afilado últimamente", ¡el muy endiablado! ;))))
Y yo , el local en cuestión, todavía sin haberlo visitado!!!!!....
Pd "Original y enópata la estampa esa de con una copa en mano visitar los estantes, me la apunto para mi futura visita....;)))"
Salu2
Hola Luis, ¡ojala¡ hubiesen muchos GM, con su dinamismo.
El que tuvo una fase menos participativa, ahora da gusto leerle dia a dia.
Si, debe doparse con algo más que con vino.
Saludos
Gracias Gabriel.
Ahora eres tú el que estás de "bajón" participativo...
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