Situado a poca distancia de la falda de Montjuic, pequeño restaurante, una barra a la entrada y apenas una decena de mesas tamaño parisien, regentado por una mexicana y un inglés. Decoración sencilla, con predominio del color rojo, suelo como un tablero de ajedrez e iluminación justita. Mobiliario tipo Ikea, salvo unos espejos antiguos donde está, entre otra información, la carta de vinos. Sin mantel, menaje y cristalería corrientes, servilletas de papel y copas francamente mejorables. Servicio (una única persona) muy agradable y servicial. Carta con 6 primeros (entre 6 y 9 euros), 5 segundos (todos a 10 euros) y 5 postres (todos a 5 euros). Hay un primero y un segundo que son "especialidad de la semana". Varios platos de influencia italiana y oriental. Media docena de vinos blancos y media de vinos tintos, casi todos con opción a copas. Muchos vinos de Casa Mariol. Precios x2 y más. Cenamos solos.

Cena para 2.

Aperitivos a base de aceitunas arbequinas (bien) y palomitas a la parmesana (llevaban pimentón y alguna otra cosa que no pude discernir. Diferentes), acompañado de un mojito sin alcohol (dulzón y refrescante).

De primero, ensalada Fontaine (mezclum acompañado de frutos secos, frutas de temporada y un trozo de queso de cabra gratinado). Para mí, sin queso. Buena presentación. Bien.

De segundo, cous-cous con albóndigas de cordero y pesto de menta (especiado y picantito) y atún fresco (previamente marinado) a la plancha con tallarines chinos y verduras (bien).

De postre, helado de vainilla con chocolate caliente (bien) y hojaldre de plátano, con una bolita de helado de vainilla (bien).

Hasta aquí lo que incluía el vale de Groupalia, además del café que no tomamos. Todo incluido, 17 euros por persona.

Una copa de Casa Mariol Syrah (3,5€) sacada del frigorífico y un agua pequeña (2,-€) completaron la cena.

Sin vale, se puede cenar perfectamente por menos de 30 euros, aunque las raciones son bastante abundantes para una cena. Mi mujer se dejó la guarnición del segundo y medio postre. A mí me costó acabármelo todo.

Local, creo yo, más bien pensado para veinteañeros. Aunque se nota el esfuerzo por agradar, adolece de algunas carencias. Con todo, un lugar agradable.