Una calle peatonal algo escondida, una fachada antigua y unos carteles de cervecería típica, clásica y algo hortera, dan paso a un restaurante con un servicio muy amable y una experiencia gastronómica muy destacable a un precio ajustado.
Este restaurante lo regentan Ines y Julio, ella en sala y él en cocina. Ambos son muy cercanos y amables, hasta el punto de sentirte como en casa.
Nos contaron el misterio de su fachada con cartel de cervecería-bareto típica: tenían que abrir y no les daba tiempo a cambiarla, la mantuvieron temporalmente pero se convirtió en un tema de conversación de la gente que iba. Es cierto que la estética exterior hace que la experiencia sea mucho más sorprendente.
No tienen carta. Trabajan con menú cerrado.
2 menús de mediodia con 3 tapa-entrantes y un plato principal y 2 mini-postres.
1 menú degustación de noche (el que yo probé) con 6 tapas, 2 platos principales y 3 minipostres.
El precio oscila entre los 12 y los 20€ aunque no incluyen vino ni café.
Comiendo muuuuy bien y bebiendo un buen vino, la cuenta se pone en 30€
En mi caso subió a 40€ (para ser exactos, 39,80€) por cabeza porque no tuvimos ningún reparo pidiendo un vino blanco para empezar, un tinto para los platos más contundentes del final del menú, un dulce para los postres, también tomamos una mistela y un Enrique Mendoza para rematar. Además, café quemado con ron y azucar de caña y un cóctel de ron blanco fantástico para finalizar.
EL MENU:
- Coca de vidre con jamón ibérico.
- Tosta con miel y alioli. (mejor sabor que aspecto).
- Micuit con mermelada de tomate (en un botecito individual genial).
- Sepionet encebollado (deliciosamente en su punto).
- Buñuelos de bacalao.
- Ventrescas de atún con ajos tiernos y mayonesa de soja. (IMPRESIONANTE!!!)
- Hervido en crema con aceite trufado.
- Entrecot con alcachofas y aceite de carbón.
- 3 minipostres (dos chupitos con cremas y un pastelito. Todo genial.)
VINOS:
En general tienen el precio muy ajustado (entre 12 y 24€ con referencias muy interesantes). Destaca por ofrecer cosas curiosas de pequeñas bodegas, económicas, buenas y difíciles de encontrar.
Nosotros tomamos un blanco y un tinto (Juan Gil 2009.
En resumen, un sitio que demuestra que el Bueno, Bonito y Barato existen.