Situado enfrente del Palacio de Hielo nos encontramos con este restaurane al que nunca había ido.
El sitio es amplio,luminoso con techos altos,moderno y con separación entre mesas suficiente.Además tiene una terraza que puede ser resultona en esta recién inagurada temporada estival.

Copas decentes aunque un poco gruesas. A la llamada de un amigo para comer por ubicación hemos elegido este sitio.Mientras llegaba me he tomado un Rueda fresquito, discreto y él se ha pedido una copa de cerveza.
La primera sorpresa de la carta es la extensión de la misma,abarcando prácticamente todos los "palos".Como "punto negro" es la no inclusión del iva en los precios.con las bebidas iniciales nos han servido dos palitos de mozarella a modo de aperitivo.

Como primeros a compartir hemos pedido:Gyozas (especie de empanadillas japonesas) y timbal de ostras (el concepto es el de las patatas revolconas,sustituyendo los torreznos por las ostras y añadiendo piñones) curioso pero "resultón".

Hemos continuado con dos steak tartar cortados a cuchillo aunque no delante de nosotros,bien resueltos y en cantidad suficiente.

Dos cafés no muy allá de calidad.

Para beber hemos pedido Abadía Retuerta Selección Especial 2008.Aún sabiendo que no era el mejor vino para la comida elegida estaba bueno, aunque para mi gusto estará mejor con un poco más de botella.

El precio del vino ha sido de 22,5€ + IVA pero echando un vistazo a la carta no me ha parecido abusiva (Por ejemplo La Vicalanda 2004 25€+IVA)

Luego nos hemos ido a la terraza donde "hemos tenido que batallar con un par de Johnnies Walkers etiqueta negra" por cabeza hasta que los hemos doblegado

En algún momento volveré sin la necesidad del hilo de Ariadna para ver el Minotauro.

El viaje por el Laberinto ha cifrado 145€