Para mi es visita obligada. Cercano, en un lugar privilegiado y siendo ya el tercer año consecutivo que repetimos, sabiendo que vamos a cenar bien. Todo sigue igual, buen local, bien vestido, vistas preciosas y un servicio muy atento. Un par de buenos panes de txapata que están, sobre todo comparando con lo que nos ofrecen por aquí, muy ricos.
Media entrada que para los tiempos que corren no está nada mal.
El dueño se nos acerca con las cartas en la mano pero preferimos sugerencias y además traemos el tema medio estudiado ya.
Con antojo de unas buenas Rabas de jibión fresco me está poniendo los dientes largos Isaac en su búsqueda y tenía yo como "mono" de unas buenas rabas y la verdad es que estas lo estaban. Una ración muy generosa de buen producto y muy bien trabajado. Buen plato, sin duda alguna.
Dentro de las sugerencias del restaurante, nos ofrecen unas Bolitas de morcilla de Burgos con queso de cabra pues lo que el nombre indica, unas bolitas con un riquísimo sabor a morcilla, a morcilla de las que me gustan, con sabor a puerro y un ligero toque picante. El queso casi pasa desapercibido y el toque dulce se lo da el toque de almendra garrapiñada que lleva por encima. Un plato muy sabroso, curioso y bien conseguido.
Como sugerencia principal, compartimos así mismo una Cazuela de bonito Pilar es un guiso casero de taquitos de lomo de bonito del norte en salsa de tomate, pimiento verde y cebolleta. El bonito, pura lógica y al cocinarse en la salsa para que coja el sabor, queda un tanto seco pero así es este plato. La salsa co-jonuda, sin lugar a dudas. Muy rico.
Para remate y en temporada de ellos estamos, unos Jibiones de “guadaña” con cebolleta pochada media docena de jibiones de pequeño tamaño pero de un sabor bien marcado, acompañados de una cebolla pochada en su punto exacto. Producto, sin pegas. Otro plato destacable.
Tienen una carta de vinos con bastantes referencias de todo tipo y su servicio ha mejorado desde la última visita. Al menos lo presentan, ofrecen a probar y colocan la cubitera y el primer servicio.
Hoy nos hemos decantado por un Cava Berta Bouzy reserva me ha encantado, fresco, fácil de beber. Tiene ese toque de fruta pero a su vez ese tono de amargosidad. Buena entrada y burbuja fina pero como a mi me gusta, no demasiado integrada, que se note. No creo que tarde en volver a beberlo.
Un cortao bien cargado de café y con buen sabor y damos por finalizada la cena. Pues lleva buen camino, no baja la guardia, buen producto, buen servicio y buen precio. El año que viene volveremos.

En el mismo Mirador de las Marismas, en el pueblo de Santoña se encuentra ubicado este restaurante.
Desde luego que la situación es curiosa ya que da la sensación de que vas en el interior de un barco, con sus enormes cristaleras y unas estupendas vistas al puerto, a las Marismas, a la Bahía....
Yo por ejemplo,tenía delante un precioso barco pesquero.
El restaurante es bonito por dentro, las mesas de 2 quizás un poco excasas pero no raquíticas. La separación entre mesas es correcta.
Mantelería, cristalería y cubertería muy correctos.
Hemos empezado con unas almejas a la sartén, de buen tamaño, de buen sabor, quizás unas pocas más hubiesen estado bien.
Luego hemos comido unas estupendas croquetas de la abuela. Seis unidades de tamaño medio. 3 de carne de buey, yo creo que con un punto bajo de sal para disfrutar del verdadero sabor de la carne. Las otras 3, de espinacas y jamón íbérico. De intenso sabor, muy fina la crema, muy rico el rallao.
De plato principal, una dorada de 1,2 kgs, a la plancha.
Presentada en directo antes de pasar por cocina.
Emplatada en raciones individuales. Considerable ración, estupendo sabor, una gota más jugosa hubiese estado genial pero a la plancha muchas veces..... ya se sabe.
De postre hemos compartido una tarta de canela, presentada en cuatro raciones individuales. Un postre muy rico y fresco, la verdad. Con una base de sobao y un sabor a canela sin ser exagerado. Muy bien el conjunto.
2 txapatitas de pan caliente, rico.
Para beber un albariño, Paco y Lola 2011. Muy rico, frutal tanto en nariz como en boca. Acidez media, fresco. Entra de maravilla.
Un cortao bastante rico, con mucho café y poca leche, como tiene que ser.
Invitación de la casa a una copita de Px.
En resumidas cuentas, una buena opción para comer en Santoña, con estupendas vistas, servicio muy atento, sobre todo por parte del dueño que está pendiente en todo momento. Sin agobios.