Restaurante en un lugar paradisiaco desde donde contemplar la puesta de sol en la Tramuntana de Mallorca.
Menú degustación:
* Snacks
* Vol au vent de gambas de Sóller, mejillones de roca, champiñones y guisantes frescos.
* Tirabeques crujientes, albaricoques secos, nueces, naranja y terrina casera de pato payés
* Filete de Gallo Pedro y Negret con alcachofas y espárragos, aceitunas negras picantes y emulsión de limón.
* Crema quemada con anís y cítricos
* Petit four
* Café
* Vino Muscat de Gelabert
Buena comida aunque excesiva RCP.
Despues de la remodelacion esta divino, la vista impresiona pero para los que somos del lugar y vamos a lo que vamos nos interesa la sensibilidad y el buen hacer gastronomico de benet vicens, que de esto sabe mas cada dia, de todas formas me gustaba mas el aliño del carpacio de gambas antes que el de ahora y se come mucho mejor dentro que fuera, temperatura constante, no hay mosquitos, no hace viento
pienso que es el mejor restaurante de mallorca
Efectivamente se trata de un restaurante con mucho encanto, pues tiene una terraza con vistas espectaculares. Nos decepcionó un poco que a medio dia solo pudieramos pedir un menú vegetariano y otro más sencillo en el que no estaban incluidas algunas de las especialidades de las cuales habiamos oido hablar, así que pedimos a la carta. La carta de vinos bastante completa y el servicio excelente aunque los precios algo desorbitados. En cuanto a la comida hay que decir que el carpaccio de gambas es el mejor que he probado, no tanto así como el plato de pescado que pedí con una guarnición a base de albóndigas de carne, guisantes, ... nada sorprendente, que más bien parecía proveniente de un caldero de mesón de carretera que un plato elaborado de cocina de autor como ellos pretenden. La RCP excesiva - 150.-€ para dos personas. No creo que repita, pues creo que en la isla, existen actualmente muchos más restaurantes de calidad con inquietudes gastronómicas.
Restaurante muy recomendable, situado en uno de los lugares con más encanto de la isla. Aunque un poco apartado de núcleos urbanos, la visita merece la pena. El restaurante consta de sala interior y terraza, muy recomendable, en días de sol, por las increibles vistas de la costa norte. La cocina es de talante internacional, con productos de primera calidad de la tierra. Menú degustación: 50 euros. El servicio de vino es muy correcto y atento, como el servicio en general. Copas Scholl y Spiergelau. Carta bastante completa, pero falto de más referencias de la isla. El precio de los vinos es elevado, pero está en sintonía con las características del restaurante.