Una especie de la enredamos es este "Cafetería-Restaurante", aunque en el letrero pone "Brasería-Restaurante". Me explico. Tiene de todo, la carta es kilométrica: tapas y raciones innumerables, arroces, ensaladas, pasta, pizzas, platos de carne, de pescado,...
La gracias de los platos es otra historia: ensaladilla rusa flojísima, la bomba con salsa diablo estaba algo mejor (carne picada rodeada de puré de patata con mayonesa y picante), los spaghettis a la vongole y la lasaña de verduras fatales, sin sabor alguno.
Las espinacas a la crema y la merluza a la plancha mejor.
Pan con tomate blandito blandito.
Con los postres se repite la historia, un montón, aunque sólo pedimos una piña natural bien presentada.
Está situado al comienzo de la Diagonal, cerca del Camp Nou, tiene zona de velador y un comedor dentro, donde estuvimos nosotros, bastante ruidoso, a lo cual contribuye el gran aparato de TV.
No bebí vino, tomé cerveza, tanque de medio litro bien tirada.
El personal al completo foráneo, asiático en concreto, trabaja rápido pero sin familiaridad alguna.
En resumen, un lugar de batalla con una cocina que EMHO tiene mucho que mejorar.
se dieron unas circunstancias témporoespaciales que lo hiceron inevitable,...los hados me fueron adversos ese día desde por la mañana hasta por la noche...
Pues suele ser cierto eso, pero alguna sorpresa agradable me he llevado también.
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