Local situado en la aséptica y “mega-pija” Plaza de la Moraleja, donde se han asentado con éxito locales de otros grupos de restauración como La Máquina o 99 Sushi Bar. Este pertenece al grupo de Víctor Enrich y está orientado hacia a una comida rápida pero sin dar la espalda a unos sólidos cimientos basados en un buen producto. La sala es sencilla y de corte informal, mesas y sillas metálicas y paredes decoradas con objetos clásicos, sonando música americana de los 60’s. Como tenemos el curro al lado solemos ir a comer algún viernes (único día que salimos fuera a comer) y después de haber acudido unas cuantas ocasiones siempre con éxito, es justo destacar su buen nivel dentro de su categoría.
Como entrantes hemos probado las “Buffalo wings” (6,5€), unas sabrosas alitas de pollo a la brasa adobadas, las patatas bravas (4€), las mismas que se sirven en El Pract&Co y muy ricas, uno de los santo y seña de esa casa, y lo mejor de todo, los aros de cebolla (5€), de cebolla morada y dulce, perfectamente fritos, sin grasa y muy crujientes, son realmente adictivos. Pero la especialidad del local son las hamburguesas, de hecho es uno de los pocos lugares donde las comemos fuera de casa. Habitualmente pedimos la “Del Taller” , de carne de buey (vaca vieja, claro) y cocinada en parrilla de carbón, la de 200 gramos cuesta 12,5€ y resulta deliciosa por la calidad y el sabor de la carne, siempre jugosa y al punto. Solemos pedirlas con huevo frito (opción en todas las hamburguesas), que aporta siempre su gracia. Hemos pedido igualmente la “Premium” , elaborada con wagyu de León (19€ los 200 gramos), que no merece la pena con respecto a la del taller, la de cordero ibérico (8€ los 100 gramos), con mucha personalidad, y la “Del mar” (9€, 100g), con calamar frito y ali-oli, una hamburguesa realmente original, basada en clásico “bocata calamares”. Cada una viene con panes diferentes (americano, payés, focaccia), distintas salsas y acompañamientos opcionales, todo figura en la carta. Lo cierto es que ninguna nos ha decepcionado y destaca siempre la calidad de la materia prima. No recomendamos, eso sí, pedir las de 300 gramos, porque quedan algo más secas. Disponen igualmente de cortes de carne a la parrilla como lomo de buey, carrilleras, costillar, brochetas….De postre lo mejor son sus tartas como la Carrot Cake y los brownies, solo para los más golosos y que acaban llenando en exceso.
Para beber disponen de unos pocos vinos blancos y tintos de marcas comerciales y conocidas a precios correctos para zona en que nos encontramos, servidos además en copas igualmente correctas, aunque nosotros este tipo de comida lo asociamos más a la cerveza y ofrecen una amplia gama de cervezas tanto nacionales como foráneas, siempre solemos pedir la de barril, una Brabante (cerveza madrileña) muy bien tirada y que siempre cumple, con varios tamaños de jarras a elegir.
A nosotros nos gusta hacer en casa las hamburguesas con distintos tipos de carne y pescados azules, en especial atún, y es algo que no solemos pedir fuera salvo algunas excepciones de locales donde hay una calidad contrastada en la materia prima siendo éste un claro ejemplo, hay que tener en cuenta que detrás hay un grupo de restauración serio. Comida rápida de calidad en uno de los enclaves más exclusivos de Madrid. Recomendable.