Cena de empresa, menú concertado y el local para nosotros. Un lujo asequible y recomendable.
El menú se compuso de:
Brandada de Bacalao, dulce de tomate y huevas de arenque
Ensalada de diferentes quesos manchegos. Membrillo, higo.
Foie a las uvas en diferentes texturas
Merluza, acelgas, calamar y su jugo
Carrillera ibérica sahumada, crema de patata trufada
Café chocolate y avellanas
Los vinos:
Blanco Infinitus 2010
Tinto Manuel de la Osa 2006
El espacio es espectacular y las vistas un espectáculo.
Mesas bien vestidas, separadas, cubertería, vajilla cristalería al mínimo detalle
Presentación escrupulosa de los platos, del primero al último.
Todos una delicia, aunque mi debilidad siga siendo la carrillera.
Servicio de sala impecable, atento y cuidadoso.
Jesús y Alba saben como se tienen que hacer las cosas, dentro de la cocina y fuera en la sala.
Yo porque en mi visita de noviembre a la zona ,fui a las rejas,sino cuando estuve en cuenca hubiese ido ,pero en la misma semana me pareció repetir estilo de cocina,desde luego salí encantado de las rejas ,y eso que ya sabes que hay que ir hasta las pedroñeras,pero me alegro de que en cuenca se pueda conocer la cocina de ese "gran hombre",bueno me dijeron que rea un estilo parecido en ambos sitios,tu que has estado en los dos,te lo pareció,por el menú que comentas no me parece que tenga nada que ver con las rejas ,un saludo.
Manolo de la Osa es un valor seguro, en todas mis visitas a Las Rejas nunca me ha decepcionado, y lo cierto es que en vez de abrir un Bistro en Toledo o en Cuenca con el fin de llenar caja, como otros mediaticos cocineros, se ha decantando con Ars Natura por un camino continuista de la alta gastronomía.
Tal y como dice Oscar es cuanto menos chocante el menú que tomasteis, poco apegado al terruño, teniendo en cuenta que los platos manchegos actualizados de De la Osa son su seña de identidad, y sin duda sus mejores creaciones (recuerdo un rissoto de piñones en la ultima visita a Las Pedroñeras realmente exquisito).
Caramba, caramba, para darle un 10 tiene que ser algo excepcional. A ver si me sale algún asuntillo por Cuenca.
Carta amplia.
Cristalería de altura.
Servicio con conocimiento de causa, atento, pendiente pero sin agobios.
Asesoramiento personalizado y puntual en la elección de los vinos.
De precio no hablo porque muchas veces depende de cada bolsillo la valoración entre lo caro y lo barato.
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