En plena zona de pintxos, en el Casco Viejo de San Sebastián, de hecho el propio restaurante dispone de barra y bar donde degustarlos, fuimos ya que nos habían recomendado (gracias Óscar) la merluza rellena, y a que no sólo de pintxos vive el hombre.
El local es concurrido, y conviene reservar, ya que nuestra intención era comer, y estaba completo, por lo que optamos por la cena, de decoración y mobiliario correctos, va un poco justo de sitio ya que no es muy grande, y se aprovecha el espacio al máximo, aunque no resulta incómodo. El servicio es eficiente, y se nos pulieron de forma rápida, tampoco nos metieron prisa de ninguna forma, pero no se durmieron, vaya. Tampoco desborda entusiasmo.
En cuanto a la comida, dispone evidentemente de carta (que no parecía cara), así como de un menú de 22 € (con bebida incluída), y un menú (mal-llamados para mi gusto últimamente) degustación de 27€ + IVA (bebida incluída) por el que optamos, ya que contaba con la merluza rellena que nos habían recomendado encarecidamente entre sus platos, y ya iba siendo hora de darle un pequeño descanso a la VISA, que por aquel entonces, me tenía que estar odiando de haber podido. E menu consistía en unos centros formados por unas tostas de mi-cuit y un plato de jamón, ambos de calidad suficiente, y una ensalada de chipirones que estaba bien, más adelante seguía con 1/2 ración de merluza rellena muy buena, aunque para mi gusto le faltaba un pelín de cocinar, y para el de mi mujer, mucho. El relleno (de marisco y hongos) excelente, la calidad de la merluza buena, aunque un poco escasa, supongo que en plato independiente irá más cantidad. A partir de aquí flojea un poco, ya que se termina con 1/2 plato de entrecote de ternera, de nuevo escaso aun para ser media ración, pero además no muy tierno. Termina de nuevo con una selección de postre, de nuevo flojos. Viene acompañado de agua, pan, y un vino peleoncillo.
Para el precio todo muy correcto, aunque creo que si se quiere disfrutar de la merluza, se debe hacer en forma de plato, el menú en cuestión, aun con sus fallos, no es mala forma de darle descanso a la cartera. Con sendos cafés y una copa de pacharán, nos fuimos a los 66 € de dos personas.