Cena anoche con amigos en este establecimiento de la calle roteros, una calle llena de oferta gastronómica. Es un local de estilo tirando a moderno, con sus platos cuadrados y colores minimalistas, y ambiente muy informal y bullicioso (estaba a tope de comensales) con la cocina integrada en el comedor y a la vista (detalle que me gusta).

Sirven tapas de toda la vida pero con toques modernos, bravas, sepia rebozada, albondigas, pinchos, huevas etc. Todo bastante bueno y bien de precio. Los postres, muy destacables (distintas tartas en general). A mediodía tambien ofrecen varios tipos de arroces pero no los he probado.

El servicio del vino es mas bien básico, se limitan a abrir la botella y poco mas. Eso sí, estaba a buena temperatura y los precios, de nuevo, muy contenidos, en una carta pequeña pero con variedad. Casi le pongo un correcto en este apartado por los precios, pero definitivamente no es un sitio para los que buscan un servicio del vino de lujo.

Lo mejor del sitio? Buenas tapas, de calidad, sabor y presentación muy aceptables, a muy buen precio. Se puede cenar bien a base de tapas, cantidad y calidad y con vino, perfectamente por unos 15-20€ por persona - a nosotros nos subió un poco la factura por pedir 2 botellas de L'Inconscient y algunos chupitos de más. Buen sitio para tapear/cena informal en el Carmen.