El restaurante está ubicado a las afueras del pueblo, en una antigua masía restaurada. Han conservado las paredes de piedra natural, incluso en los paramentos del interior, aportando un toque rústico que combinan con mobiliario e iluminación actuales. Con los techos altos y el amplio espacio de la sala, logran un ambiente agradable y desahogado. Toda la estancia constituye un único comedor. Las mesas de notable dimensión, están vestidas con manteles de tela. Las sillas son cómodas. La vajilla y cubertería correctas.

El servicio es atento, simpático, dispuesto y diligente.

Ofrecen cocina catalana contemporánea de mercado, su propia reinterpretación del recetario local. Proponen varios menús: de temporada, de tradición, de carnaval (en el momento de la visita), calçotada, etc… En todos ellos incluye en el precio el café o infusiones y el vino, dos sencillos pero correctos vinos locales de la D.O. Conca de Barberà: Francolí en blanco y Josep Foraster en tinto. Además sirven dos panes distintos (chapata y de aceitunas)

La carta de vinos es de casi cien referencias distintas y está organizada por tipos e indicaciones geográficas, centrándose en las más próximas de Conca de Barberà, Tarragona, Priorat, Montsant, Penedes, etc…. El servicio del vino se preocupa del relleno durante la comida. La cristalería sin ser especial, ni de marca constatable, es correcta en cuanto a forma y grosor y con los oportunos cambios con el cambio de referencia.

Fuimos a mediodía. De los 9 que acudimos, parte eligió el menú de temporada y el resto el de carnaval. A mí me permitieron combinarlos. Aproximadamente se puede elegir entre una docena de opciones de cada uno de los apartados de: entrantes, principal y postre. Algunos platos llevan suplemento al precio básico del menú de 28 ó 29 euros (impuestos incluidos).

De primero elegí un crepe crujiente de pulpo con crema de patata al estilo gallego. Logrado el punto de fritura del crepe (con pasta brick) y sabroso el contenido. También probé una original y adecuada combinación de crema de calçots con foie. Otros primeros fueron: risotto de calamares y alcachofa, o ensalada de aguacate, salmón y brotes de espinacas, originalmente presentada con espuma rosada.

De segundo me decanté por las chuletas de cordero a la brasa, en su punto y crujientes, acompañadas de alcachofa y patata.

De postre la mayoría nos decantamos por el clásico postre de Michel Bras: Coulant de chocolate con el interior fundido, como debe ser. Decorado con unos hilos de mermelada de fresas y cacao.

Para beber los mencionados y correctos Francolí en blanco y Josep Foraster en tinto. Además de unas cervezas y vermouths de Izaguirre, mientras tanto elegíamos el menú.

Post completo con fotos en: http://www.vinowine.es/restaurantes/la-masia-moderna.html

Fui a este rest. antes de conocer Verema, así que no recuerdo muy bien la fecha ni lo que comimos, pero os comentaré lo que recuerdo:
Como ha comentado Francesp: el risotto estava bueno y tambien recuerdo una butifarra con patata panadera y salsa roquefor que me sorprendió, la carrillera tb estaba buena y recuerdo que comentaron que los canelones no estaban demasiado bién...me sabe mal no poder concretar mas...pero si he de decir que salimos contentos y que el servicio y el local era muy agradable

Situado a las afueras de L'Espluga de Francolí, junto a la ctra. Nac. 240. Nave de estilo rústico con un sólo ambiente. Decoración minimalista. Mesas amplias y bastante juntas. Menaje correcto. Servicio algo lento. Carta de vinos no muy extensa con casi todos los precios por debajo de 15 euros, con referencias de la zona y otras más comerciales. Dispone de 2 menús: uno de 15 euros y otro con más platos para elegir de 25 euros, IVA incluido en ambos casos. En ambos casos hay platos con suplemento. Los dos incluyen bebida y café. También disponen de menú infantil a 5 euros. Bollitos de pan recién horneados.

Empezamos con un aperitivo de chupito de sopa de melón con crujiente de jamón - Bien.

Primeros:
- Wok de verduras
- Tortelloni de boletus edulis con salsa de boletus edulis (supl. 3,-€) - Sabroso. La salsa llevaba algunas otras setas.
- Ensalada tibia de queso de cabra (supl. 2,-€)

Segundos:
- Bacalao con samfaina - Muy buen aspecto
- Rissoto de boletus edulis y foie (supl. 5,-€) - Bien
- Espalda de cordero horneada a baja temperatura (supl. 3,-€) - Insípido y con guarnición triste.

Postres:
- Pastel de queso con fresas y melón (supl. 1,-€)
- Helado de carquinyolis con chocolate y oro (supl. 2,-€) - Presentación mejorable. El helado, bastante insípido. Lo pedí más por curiosidad que por otra cosa, y fallé. El más flojo de los tres postres.
- Crema catalana con frutas del bosque y carquinyolis

Raciones correctas y presentaciones irregulares.

El niño tomó el menú infantil: macarrones, pollo empanado y helado de fresa (generoso). Se lo comió todo, que ya es mucho.

Tomamos una botella de Rendé Masdéu Manuela Ventosa 2007 (25,-€, el 2º más caro de la carta). Copas normales. Servicio aceptable. Nos invitaron a un par de chupitos de PX Tres Pasas.

El precio que he puesto es lo que costó mi comida, menú de 25 euros más los suplementos, y la mitad de la botella de vino.

Dada la juventud del equipo y sus ganas de agradar, seguro que saldremos más contentos en nuestra próxima visita, que la habrá.

Como es un poco lioso el acceso, aquí está el enlace con google maps: http://maps.google.es/maps?q=41.401029,1.105446&num=1&t=h&sll=41.401104,1.105811&sspn=0.006295,0.006295&hl=es&ie=UTF8&ll=41.401278,1.106057&spn=0,0.009602&z=17&layer=c&cbll=41.401202,1.106242&panoid=03eUbafKgDgVMz6Hn7BQZg&cbp=12,182.27,,1,5.5 Es la casa que aparece en primer plano, junto con el aparcamiento gratuito que hay detrás.