Estábamos por la zona y era la hora de comer, el plan era picar algo por la zona, la primera parada fue Mui, local moderno, largo y algo estrecho con mesas al final, apenas dos mesas ocupadas y fue la excepción en nuestra visita a Madrid, porque todos los locales que hemos visitado estaban completamente llenos.

Al final del bar, está la cocina completamente abierta e integrada en la sala y eso nos permitió ver en acción al cocinero y pudimos observar como trabajaba, con cariño, con mucho cariño, solo había que ver como montaba los platos y como manipulaba los alimentos, a mi, eso me da confianza.

Unos torreznos con clara de huevo, al final fueron de los mejores que hemos probado estos dias y con la clara a parte en un perolin.

Soldaditos de pavia con una crema de piquillos, rebozado muy bueno, crujiente y buen bacalao.

Dos cervezas y un servicio correcto. A mi me parece una buena opción para picar.

Estuve hace un tiempo, pero al ver que no hay ninguna crítica todavía me he animado a poner mi contribución.

Lo primero que recomendaría es que NO se vaya en horarios habituales de tapeo de fin de semana, no merece la pena el agobio ni la espera. Local estrecho, de barra muy larga, y al final del mismo algunas mesas pequeñas, lo que hace que, si no coges mesa, te veas bastante incómodo con la gente y su trasiego.

Local de Juanjo Biedma, de la Tasquita de Enfrente, al lado de ésta, con filosofía de calidad en raciones pequeñas, y por tanto mucho más económico que su restaurante. Precios comedidos en general. Mención especial me merece el bacalao, francamente bueno. Puede ser interesante la Mortadela, italiana auténtica, y cortada con una cortadora antigua que merece la pena ver en acción. Carta de vinos corta, me pareció interesante, pero al haber pasado tiempo desde mi visita no puedo recordar RCP ni referencias. Servicio deficiente, si bien puede que sea mucho mejor sin tanta aglomeración de gente. No ponen absolutamente nada si pides una cerveza o un vino, la verdad es que se podían tirar el detallito. Postres muy buenos (te reiteran varias veces que son de Oriol Balaguer), pero pagar 6 euros por apenas 3 cucharadas me parece excesivo.

No me dejó muy buena impresión, la verdad, pero puedo concederle una segunda oportunidad yendo entre semana.