El título que le pongo a mi experiencia "tomatera" lo dice todo. Llamo un restaurante "social" al lugar donde se va a ver y ser visto, la comida es lo de menos. Ambiente cool, fashion, gente guapa, mantel individual de papel, carta de vinos a la altura de la de comida. Jamón iberico que no te decia nada, Patatas Bhutan que nos la vendieron "sí o sí" ( y despues de probarlas dijimos "pues no"), steak tartar hecho puré por no cortarlo como se debe, carpaccio de piña y tartaleta de fresitas que nos dejo cara de poker, precios medios con pequeñas raciones. Menos mal que fuimos sin hambre.
Eso sí, mucha niña mona. Pero como restaurante... una y no mas, Santo Tomás.
La RCP la pongo floja, no por el precio en sí, sino por la exigua cantidad que te ponen. Claro, que me imagino que las Barbies saldrán llenas con esas cantidades.
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