Restaurante Vetula en Zaragoza
Restaurante Vetula
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
70,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
74 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.5
Comida COMIDA
6.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Vetula
OPINIONES
6

Comida para varios amigos. Altas pretensiones y realidad a ras de suelo. El sitio, agradable ya que nos situaron al fondo del restaurante en una mesa redonda para 8 comensales. Minimalista. Servicio atento, sin agobios. La comida, pues..CARA. Alcachofas de temporada no es "Beluga" y para los segundos, en mi caso cochinillo como sugerencia fuera de carta, pues correcto, sin más. Los postres bien. También bien los utensilios (cuchillos, tenedores).La vajilla y cristalería de calidad y variada. Mención aparte para los Gin Tonic con los cuales quieren ser referente de la ciudad. Vamos a ver. Por muy bien preparados que estén (delante tuyo y con mucha parafernalia)y que la ginebra y tónica sean de esas que ahora están de moda, 12 € me parece excesivo. Señores bajen un poco sus pretensiones o se quedarán atrás.

Despues de notas tan dispares he ido la verdad con más prisa de la que requiere un comentario, pero no me ha desagradado incluso me ha parecido interesante. U no de los comensales pidio patatas a la riojana, buen aroma, buena textura buena presentacion en cazuelita y pizarra, otro amigo y yo compartimos huevos con trufa y pechuga de pollo, esta con una agradable textura y tb compartimos unos canalones buenos pero nada especiales. De aperitivo antes unas cucharitas con atun y cebolla. En los primeros un Habla Nº4. De segundo para los tres un chuleton, magnifico, frio de entrada que nos lo volvieron a calentar, he de dedir que estaba espectacular en textura y calidad solo la temperatura, por lo demás magnifico al subirlo un poco; lo regamos con un Vallegarcia Syrah. Tarta de queso y otro postre de ciruelas, normalitos, cafes. Carta amplia, buenos vinos, el sumiller respetó y fue agradable a la par que atento. Tengo q ir un dia mas tranquilo y critico.

Y menos aun de lo que al local se refiere. Tema aparte el servicio, del que personalemnte disfruté sobremanera, cercano y cordial sin invadir el espacio vital del comensal -y por supuesto respetuoso-, quizás también ayudase que la sala se encontraba a mitad de aforo, y con muchísimas ganas de agradar. Por poner un pero, quizás la hilera de mesas "para dos", está un pelín saturada, y de haber estado lleno, hubiesen estado demasiado cercanas unas de otras.

Optamos por el menú degustación, al que acompañamos de una selección hecha pro el sumiller, que te ofrece diferentes opciones (30, 35, 40 ...) nos decantamos por el de 35 €, por lo que la cena consistió en ...

-Anchoa Salmuera con hielo pilé en vinagre de jerez y chupito de aceite de oliva virgen extra

Maridado con:
Jackes Lassaignes Les vignes de Mongueux
Premier Cru Blanc de Blancs
Champagne, Francia
Variedad Chardonnay

-Ensalada de atún confitado con mahonesa de encurtidos y tomate concassé .

Maridado con:
Tierra de Luna´10
Alta Colección
Mendoza, Argentina
Variedad Torrontés

-Canelón relleno de pato con crema de calabaza y crujiente de remolacha.

Maridado con:
Tamellini´09
Leve paso por Barrica (1mes) Costegiola
D. O Soave, Veneto, Italia
Variedades Garganega, Trebbiano y Chardonnay

-Rape mechado , arroz de cangrejo de río y carabinero en tempura.

Maridado con:
Domaine Vincent Dureuil-Janthial´08
Rully Fermentado en Barrica
Gran Vin de Bourgogne, Francia
Variedad Chenin Blanc

-Chuleta de Buey con mojo romesco, cebolleta,nabo y patata asada.

Maridado con:
McManis´08
Family Vineyards, Private Selection
California, E.E.U.U
Variedad Petit Syrah

POSTRES

-Torrija casera con helado de chocolate.

Maridado con:
Olivares´08
Vendimia Tardía
D.O Jumilla, España
Variedad Monastrell

Espuma de Cheseecake con reducción de frutos rojos

Maridado con:
Heyl Zu Herrnsheim Nierstein Pettental´01
Auslese
Rheinhessen, Alemania
Variedad Riesling

Predominio de la materia prima sobre la técnica, tiende a tradicional, con presentación bastante cuidada, los postres quizás fue lo que nos dejó un poco más frio, junto con el atún, que aun realmente bueno, lo habíamos probado recientemente en la barra. El punto álgido de la noche tanto en vino como en comida fue el rape + borgoña blanco, absolutamente sublime, en delicadeza, textura, complementación. Sí que creo notar inmovilismo en la carta que a lo mejor deberían corregir para mantenerse en lo alto de la restauración local. Sin duda habrá que seguir su evolución.

Al final la cuenta fueron 164 €, 44 de cada menú, 35 de cada maridaje, a lo que hay que sumaruna copa de fino, un blanco, cafés, agua, el soberbio GT (Martin Miller´s Westbourne Strength + Fentimans o FT) y mojito de diseño, corrieron por cuenta de la casa.

Primer acercamiento, a modo de tentativa, y sensación agridulce.

El local me gustó, muy, pero que muy minimalista, pero me gustó, lineas rectas, predominio de grises (servilletas incluídas) y wengés, presencia de piedra y madera, cuidadndo mucho el detalle, entre ellos la integración de la basura -separada- de los camareros en la propia pared, todo muy logrado. La barra impoluta, pues elaboran (o según el caso terminan) las tapas en la cocina. Presentadas en pizarras o vajillas de diseño, la puesta en escena hay que reconocer que es impecable (cambio de cubiertos en las 8 tapas que pedimos), lo mismo que vajillas y atención del personal, solícitos, y amables a más no poder. Incluído el que supongo ejerce de somelier/barman, pues me explicó el vino de postre que iba atomar, mientras que con anterioridad había elaborado un GT con suma minuciosidad.

La cocina bien, un punto por debajo de otros grandes del tapeo local, y un punto en precio por encima, hay de todo tipo, aunque creo que la pretensión es alta,y ójala la alcancen, porque maneras e intenciones se ve que no les faltan, aun les falta un pelín para llegar. Pedimos más de la mitad de la oferta, pues yo llevaba todo el día con una caña y dos tapas, y mi mujer casi ni eso, pero detallando brevemente, porque la gente se haga una idea de los platos qeu la componen ...

Makishushi de salmón y gamba (5€): bien, posiblemente, y sólo con este plato y un par más que hay, ya le convierten en el mejor japonés de la ciudad (XDDD), tampoco es que fuese la repanocha, pero es que la competencia en ese nicho es deprimente.
Atun rojo marinado (5€): correcto tirando a bueno, creo recordar que acompañado de aguacate y tomate confitado.
Témpura de verduras langostinos (4€): Tedioso plato, lo sé, pero hay que decir que preparado de forma excelente, las verduritas finitas y crujientes, el rebozado ligerito, los langostinos hermosos, y luego una especie de bolitas de salsa para poder untar un poco, además de la salsa soja, por supuesto.
Chipirones (bueno, uno de tamaño medio) fritos (4€): bien, no tenían más historia, producto correcto.
Pollo con patatas (3€): original élaboración, finger de pechuga, utilizando la patata crujiente en el mismo rebozado, y acompañado de un alioli bastante rico.
Foie Micuit con hongo caramelizado(4,50 €): nuevamente buen micuit, acompañado de una especie de pan de hojaldre y una lámina de boletus (aunque a mí me pareció a la plancha sin más).
Crujiente de cordero (4€): de los más flojos, y es que es complicado servir el cordero como tapa, ya que lo tienes que tener asado con tiempo y corres el riesgo de que se reseque.
Ensalada de rostbeef (4€): correcto igualmente, un filetito de ternera asada, con la que hace un rollito de rúcula, la verdad es que es sencillo pero resultoncete.
Y de postre a compartir una espuma de cheescake (4,5€), rica, para no fallar.

En resumidas cuentas, no están nada mal los platos, de tamaño están a mitad de camino entre la tapa y la ración, y el resultado es más bien tirando a caro, aunque pagable, pero creo que podrían dar más de sí. De hecho aproveché para reservar mesa en el restaurante para el cumpleaños de mi mujer.

Ahora viene la sensación agria, el tema del vino, sin grandes alardes, pero se ve que en el bar le dan cierta importancia al tema del vino, conservados más o menos, con bomba manual de vacío una vez abiertas las botellas - una de ellas lo hicieron de propio- oferta ahí ahí (también es verdad que era un miércoles), lo que creo que no se puede hacer bajo ningún concepto (dentro del sentido común, claro) es cobrar 6 € por una copa de Allende Crianza en un bar - recuerdo su precio: alrededor de 14 € la botella, pudiéndola encontrar a 12€ ...-, ni 5 por una de un Spanish White Guerrilla Saub Blanc - alrededor de 10 € - y de un albariño que no recuerdo el nombre, y eso que a primera vista, lo que más me llamó la atención fueron los 16 € que me cobraron de una copa de Kerpen Riesling Eiswein 2009 - aun esperándome palo-, pero analizando friamente, casi son más pagables que los anteriores.

Total: 67 €, sin la locura del eiswein 51 €, aun así, un pelín por encima del resultado. Pero a tener en cuenta, sin duda se encuentra en un Top Ten del pincho local. No pongo su precio, para no desvirtuar la media del restaurante.

PD: Tenía que habe sido más duro con la calificación del servicio del vino. XDDDD.

Un tanto decepcionante a mi entender, este restaurante que en apariencia, parece nacer con algunas aspiraciones y distinción. La decepción surge en la medida en que su aparente potencialidad( cocina, carta de vinos y servicio) parece gestionada con cierta confusión. El servicio es amable, dispuesto, pero no está bien coordinado, al menos con el restaurante lleno, los platos se sirven sin respetar ritmos y se retiran sin valorar el estado de la mesa y de sus comensales. Antes de ver los vinos de la carta ya teniamos el aperitivo y primer entrante en la mesa. La carta de vinos parece completa , pero faltan añadas recientes y los precios rozan el escándalo. Los dos vinos solicitados no correspondían con la añada señalada y el sumiller tuvo que exprimirse para " colocar" con mucha condescendencia por nuestra parte, las añadas antiguas que si tenía. El sumiller es activo y muestra interés, pero con el local lleno no puede asistir a las mesas correctamente. La cocina es buena, pero sin ningún alarde, ni nada que sobresalga ( me refiero al menú de noche que probamos) Una anchoa marinada, canetón de pato, ensalada con atún rojo( quizás lo mejor), una merluza muy hecha y un solomillo rico, pero sólo un solomillo a la plancha. Un pastel de chocolate y un gracioso huevo frito dulce, más curioso que otra cosa. A mí me pareció que dicha cocina no presentaba grandes defectos , pero tampoco nada destacable o virtudes.Por cierto en un momento dado, cambia la luz ambiente, luces y música de discoteca child out y bueno a opinar. En definitiva un lugar con expectativas de gran restaurante y precios en consonancia que de momento no parece convencer a ese nivel.

Nueva e interesantísima propuesta en Zaragoza, en zona León XIII.

Se accede al restaurante atravesando un moderno bar de tapas / coctelería en el que no ves comida por ningún lado. La barra está limpia, impoluta, te van sirviendo conforme vas pidiendo las propuestas que van anunciando en varias pantallas. En cuanto finalizas, lo retiran de inmediato.

Una vez entras en el restaurante, te encuentras con que la mayor parte de él la ocupa una sala cuadrada, decorada toda ella en grises, más bien claros, pero combinando con algunos tonos más oscuros. Suelo, paredes, techos, mobiliario… Todo en gris. Las paredes desnudas están únicamente aderezadas con dos grandes lienzos abstractos de vivos colores.
Sin embargo la sensación es de calidez, de confortabilidad. Quizás ayuda a ello la curiosa alternancia de las luces, tanto cenitales como indirectas.
Viernes mediodía, lleno hasta la bandera y muy bien ambiente, heterogéneo. Grupos, parejas, de personas mayores, de mediana edad, treintañeros… Agradable atmósfera.

Cocina de mercado con audaces combinaciones y presentaciones. Después de ojear la completa carta, nuestra apuesta fue:

-----Entrantes al centro:
Tempura de verduras y langostinos con teriyaki de cítricos y mahonesa de curry y sésamo. Una buena tempura de verduras, sin más. No hay restaurante que hoy no la incluya en su carta.
Manitas con vieiras y crema de garbanzos. Original y delicioso “mar y montaña”. Las manitas deshuesadas y presentadas en flancitos, con los medallones de vieira separados.
Pulpo a la brasa con cordero frito y patata en sabores. Continuamos en la línea “mar y montaña”, con otra buena conjugación. Cortadas de pulpo braseado y, también sin mezclar, montoncitos de cordero desmigado en forma como de madejas.

-----Platos principales, a compartir:
Caldereta de merluza, langostino y berberechos. Servida en dos tiempos: primero un buen tronco de merluza y después la terminan en el plato vertiendo sobre ella una salsa trabadita. Muy rica… si la tomas antes que el rape. En caso contrario, insulsa.
Rape mechado a baja temperatura con arroz de cangrejo de río y aceite de carabinero. Excelso. Textura, potencia, frescura… y bien acompañado.

-----Postre:
Plato de queso: patamulo y requesón. Cremoso y sabroso.

Carta de vinos muy completa, tratados con respeto y profesionalidad. Cristalería Schott de alta gama. Tomamos una botella de un buen godello, Guitián 2009, a la que le sucedió por recomendación del sumiller un correcto pinot gris alsaciano, Albert Mann Cuvée 2005, un tanto dulce para la fase en la que ya nos encontrábamos, y una copa de esa garnacha pionera infalible, Fagus 2007, para degustar con los quesos.
Destacar la gran oferta de vinos por copas, prácticamente todos los de la carta. Aprovechan el tirón que tienen después en barra para darle salida. Una gozada.

Pero lo mejor estaba por llegar. Cuado terminamos de comer, apareció… un "mueble bar en ruta", un carrito de gin tonics. Pasa el sumiller con el carrito mesa por mesa y te elabora unos gin tonics espectaculares. Con todo el mimo del mundo. Y con toda la variedad. Excepto las tónicas (tienen todas pero si no lo indicas te sirven siempre Fever). En función de tus gustos, te sirven una ginebra u otra, con unas especias u otras, con aromas varios... Íbamos tres amigos y pedimos tres diferentes:
---Nº209 / Fever, con bayas de enebro, raíz de angélica y pulverización de bergamota.
---Martin Miller's / Fever, con bolitas de cilantro, vaina de vainilla, piel de naranja y pulverización de violetas.
---Maguellan / Fever con pimienta negra en grano, vaina de vainilla, piel de limón y pulverización de lavanda.
Las pulverizaciones son el remate. Llevan unas esencias en frascos como de perfumes, y cuando tienen acabado el gin tonic pulverizan hacia arriba y levantan la copa para que se impregne moderadamente de la esencia.
Un espectáculo. Soberbio. Nos quedamos si palabras.

El servicio excelente. Un buen equipo de españoles jóvenes, convenientemente formados, disciplinados y bien gobernados. Destacan los “dos Guillermos”: el dueño, un tipo encantador y con las ideas muy claras que lo primero que nos preguntó al final es qué es lo que menos nos había gustado (esto ya dice mucho de sus ganas de mejorar); y el sumiller, un crack, “joven pero sobradamente preparado”, y encima servicial y simpático.

En la factura, un llamativo detalle: antes del total, tienes dos subtotales, comida y bebida. Muy bien pensado. En nuestro caso ganó la bebida por… 2€.

Totalmente recomendable.

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