Lo mejor del restaurante es que al ser un mirador sobre el embalse del Atazar en Madrid, tiene unas vistas espectaculares.
Pero bueno, centrandonos en la comida,
Teniamos reservada una mesa para la hora de la comida,
De entrantes pedimos un Pulpo a la gallega que estaba muy bueno, para compartir.
Como plato principal Lomo de Buey para dos personas, que estaba muy jugosa y tu te lo hacias en tu plancha segun el punto que quisieras (esto fué un problema porque el local en la terraza cerrada que estabamos no tenia extractor de humos, y se notaba muchos los humos cuando habia varios con el mismo plato). La cantidad del plato fue muy generosa para dos personas (35 €).
No tomamos postre ni cafe.
En relacion al tema del vino, no lo pedi pues debia conducir mas tarde, pero por lo que observe la relacion en la carta era muy simple, los tipicos de restaurantes de banquetes, celebraciones, y casi inexistentes en blancos.
El servicio se limitaba por lo observado al descorche y colocar la botella encima de la mesa.
Un lugar correcto con excelentes vistas.