Gran descubrimiento

Me estreno comentando restaurantes y lo hago con un gran descubrimiento de finales del pasado 2012.

Cena de empresa en el restaurante Kiaora (éramos un grupo de 17 personas). Algunos del equipo le teníamos ganas por los comentarios de otros usuarios de Verema y he de decir que no nos defraudó en absoluto. Y para aquellos que tengan la duda insisto en que no se trata de un restaurante vegetariano, sino que es ecológico (por lo que se ve más de uno se piensa que es vegetariano).

Lo primero que hicieron cuando estábamos todos sentados fue explicarnos en qué consiste la cocina del restaurante y de donde procede gran parte de la materia prima con la que trabajan. A continuación empezó el festival.

El menú que degustamos fue:

- Cappuccino de guisantes con sus terrones de tocino. Combinación rara de sabores y texturas pero que estuvo muy bien.

- El semáforo: Una ensalada tricolor.

- Delicias de calamar sobre una versión de humus y coles con cenizas de calçot
- Fondue de espinacas y sus varias maneras de comerla (sobre este plato decir que estaba espectacular... me encantó)
Y llegó el momento de elegir platos. Podíamos elegir entre:
- Pescado del día con tallarines de té verde y algas, bañado con un fondo de moluscos y complementos cítricos
o
- Lomo de ciervo, cremoso de gula de monte y kamut con hojas de otoño comestibles. Me decanté por éste. Primera vez que probaba este tipo de carne y he de decir que muy buena.
Y finalmente el postre: "Nuestros membrillos con su espuma de requesón". Los compis no estaban muy entusiasmados por los membrillos, por lo que Yelel se portó bien y también sacó sus "macetas de chocolate" (literal cuando pongo lo de "macetas"). Estas últimas yo no las pude probar pero quien lo hizo dijo que este postre estaba muy bueno.

Para todos aquellos que no hayáis ido y lo tengáis en vuestra lista de restaurantes pendientes recomendable 100% y de los sitios en que no te importaría repetir. Yelel y todo su equipo se portaron en todo momento con nosotros de una forma impecable haciéndonos sentir como en casa, con un trato muy familiar.