Mucho potencial, mucho por hacer.

Voy con un buen amigo a comer y a probar el “gastrobar” de Raúl Aleixandre, del que he oído hablar bastante, en todos los sentidos. Está bastante escondido, en el barrio del Carmen, junto a las Torres de Serrano. Casa característica de la zona, con bastante encanto.
Vamos con reserva. Nada más entrar y pese a que hay 3 camareros, nadie se nos dirige para ubicarnos, es después de un minuto y tras nuestra instancia que una camarera nos dirige a nuestra mesa, en la planta baja. Mesas antiguas de madera y sillas a juego, está bien lo de mantener cierto armonización entre mobiliario y local, pero nuestra mesa formada por tablas, hacia que en una parte de la misma la copa bailara por el desnivel. Mise en place correcta.
Entrante de cortesía original, compuesto por unas papas de chirivía, francamente muy buenas. No hay menú degustación y nos decantamos por el menú del día compuesto de 3 entrantes, primer plato y postre. El primer entrante es un marinado de salmón que nos deja indiferente. El segundo es un rape crujiente, fritura es perfecta y el rape de calidad, sin duda lo mejor de la comida. El tercero y último incluido en el menú, es un pan de cristal con rúcula y jamón ibérico, tapa diferente al uso, y que con componentes de calidad dan una producto sencillamente aceptable, me llama la atención el buen sabor de AOVE que lleva. Pedimos fuera del menú unos buñuelos de bacalaos muy buenos, al igual que el rape el crujiente perfecto.
Pero llegamos al arroz, un arroz meloso con cigalitas francamente malo, nos da la sensación de saber a concentrado. El arroz, probablemente un italiano, en su punto y que mantiene por sus características el meloso, sin pasarse en ningún momento. Nos sorprende porque Raúl es un especialista en arroces.
Dos postres a elegir: tatín de manzana o Sopa de frutas del bosque, mejor el de manzana que la sopa de frutas que es bastante flojita.
Carta de vinos corta, pero de calidad respecto de los que conozco. Muy buena relación calidad/precio. Muchos camareros, pero poco servicio, desordenados, nos toman la comanda 2 veces. El servicio de vino justito, degustación no más, Los platos servidos rápidamente, sin esperas, lo que se agradece cada día más.
Pese a que la web vende mucho al fantástico “Ca Sento”, no tiene ABSOLUTAMENTE nada que ver.
Como conclusión final, veo un Restaurante con mucho potencial pero que le queda mucho por mejorar. Volveré por las tapas, pero cambiaré la opción del arroz.