A pesar de los contratiempos.....disfrutamos de una agradable comida.
En el histórico Barrio del Carmen (muy cerquita de mi casa!!!), en el espacio que anteriormente ocupaba el restaurante Alberkino, ha abierto Raúl Aleixandre su nuevo local de "dinars & drinks", así que para iniciar bien la semana fallera decidimos visitar el Restaurante. Teniamos reserva para las 15:15 h, pero al llegar y solicitar la mesa parece que existe un problemilla y cierto lio con las reservas, asumen el error, se disculpan y en poco tiempo nos dan paso al comedor.
El lugar me pareció muy bonito, nunca entré cuando era Alberkino, y la verdad que me sorprendió el interior, una casa muy bonita y acogedora, salón en planta baja y primer piso, una claraboya en el techo permite la entrada de luz natural, mobiliario de corte clásico, bonito y cómodo, combinado con elementos contemporáneos, manteles y servilletas de papel.
El menú del dia (18 €) constaba de 4 entrantes (esgarraet con chips de ajo, buñuelo de bacalao, alcachofas con romesco y langostinos), plato a elegir entre salmonetes o arroz marinero y de postre brownie de chocolate con nata. El responsable de sala, el mismo que nos atendió amablemente con el tema de la reserva, nos comenta que ciertos desajustes en el dia ha hecho que las entradas no puedan ser exactamente las propuestas así que finalmente tomamos:
Esgarraet con chips de ajo, montadito de esgarraet muy bueno.
Buñuelo de bacalao, me gustó mucho, el buñuelo muy rico y ligero relleno de una suave crema de bacalao.
Anchoa sobre cebolla tierna, muy buena.
Pizza, masa fina y bueno tanto el queso como el tomate seco.
Navajas (una por persona), buena.
Sí eché en falta una mínima explicación o introducción de cada entrante, más todavía en las modificaciones del menú, también quedaría muy bien un cambio de cubiertos al finalizar las entradas.
Llega el momento de los platos, habíamos pedido arroz marinero y salmonetes, pero nuevamente nos advierten que se han agotado las existencias, por lo que nos ofrecen entrecot, pero la verdad es que yo prefería tomar algo de pescado con lo cual al final nos sirvieron entrecot y corvina. El pescado me gustó, muy bien hecho, el entrecot (yo probé un trocito) un poco demasiado hecho (quizá al ser el corte bastante fino), pero de buen sabor.
El postre tampoco fue brownie, fue una tabletita de mousse de chocolate con nata, bien.
Para cerrar café americano y cortado.
Acompañamos la comida con 2 dobles de cerveza por persona y para la corvina pedí una copita de K-Naia de rueda y a mi mujer le sirvieron, sin pedirla, una cañita de cerveza (estaba terminando su segundo doble), ambas consumiciones fueron cortesía de la casa. La carta de vinos no la llegué a consultar, por tanto me faltan elementos para puntuar el apartado de servicio del vino, me queda pendiente para otra ocasión.
En resumen, nos fuimos con una buena sensación del lugar, la comida está muy bien, buen genero y bien tratado, el espacio muy agradable, y si bien el dia salió un tanto torcido, pudo más la voluntad por solventar los problemas, la amabilidad en el trato y la sinceridad a la hora de reconocer errores que la sucesión de inconvenientes. Me quedo con ganas de volver y comprobar que, efectivamente, un mal dia lo tiene cualquiera.