Mi experiencia cenando en este restaurante situado en el centro de Alcoy ha sido buena, estuve con ocho amigos el día de Navidad y pudimos compartir una velada estupenda, la cena que nos sirvieron fue toda casera, la espera fue de agradecer ya que la elaboración de los platos tiene constancia y se cocina todo en el momento. El ambiente, estupendo y para estar lleno, se podía establecer conversación en perfecto estado ya que posee una muy buena insonorización. Pedimos la carta, y nada había cambiado respecto al año anterior, algo que tendría que mejorar. A pesar de ello,todo estaba bueno, nos sirvieron mini hamburguesas, croquetas de aladroc muy buenas y variadas, dos entrecots del valle del Esla muy bueno y unos huevos con jamón estupendos, la pericana de las mejores que he probado. Compartimos un par de Ramón Bilbao con temperatura adecuada y dos Mar de Frades muy frios.
El variado de postres casero fue bueno, a resaltar el tiramisú. Por consiguiente, el servicio muy atento, nos sirvieron a parte unos gin tonics muy bien elaborados, sobre cinco euros. Aunque quise volver para comer el día de Nochevieja y me comunicaron que permanecería cerrado por nueva gerencia hasta el día 4 de Enero. Volveré para probar la NUEVA carta.
De acuerdo con el anterior comentario. Es una opción a tener en cuenta a la hora de cenar en el centro de Alcoy, pero tampoco es para tirar cohetes.
La carta de vinos es corta y bastantes de ellos no estan en existencias
Este nuevo restaurante se sitúa en un bajo de la céntrica calle de San Mauro. El mobiliario es de corte moderno, sin estridencias y la decoración de las paredes consiste en una colección de fotos y recuerdos de Cuba que colman las paredes por completo, de hecho el nombre y su decoración hacen referencia al famoso restaurante de nombre homónimo situado en el malecón de la Habana. El espacio entre mesas es muy justo, de estar lleno el local, la intimidad no está garantizada. Las mesas no están vestidas. El servicio es atento y dispuesto, pero un tanto falto de rodaje.
De martes a viernes ofrece dos menús a mediodía por once y trece euros. La cocina es tradicional de la zona y su carta se estructura en entrantes fríos, calientes, pescados, carnes y postres. La vajilla y cubertería correctas.
La carta de vinos, que va junto al menú ofrece unas veinticinco referencias distribuidas en cinco blancos, tres rosados, tres espumosos y el apartado de tintos lo clasifica por D.O.’s con especial preferencia de las más cercanas (Alicante, Valencia, Jumilla, etc…) y las imprescindibles Rioja y Ribera del Duero, estas dos últimas de referencias más clásicas. La cristalería mejorable. El servicio del vino se circunscribe a la prueba y luego funciona en régimen de autoservicio. Disponen de varios armarios climatizadores y de una cava de vinos acristalada, pero que según nos informaron es decorativa, ya que no está climatizada, a pesar que guarda de manera natural una temperatura fresca.
Nuestra experiencia fue para cenar, compartiendo todos los platos (al estilo local): tapas de piruletas de langostinos, albóndigas de aladroc (boquerón), crujiente relleno de queso, huevo patata y jamón, una ración de albóndigas de carne (especiadas con curri) y una ración de puntillas de calamar con habitas y alcachofas. De postre pudin de café, tarta de chocolate y cafés. Para beber inicialmente dos cervezas y luego un siempre correcto y resultón Cantosan. Todo ello por 55.50 euros para dos comensales.
Cocina de mercado correctamente elaborada. Una nueva opción en el centro de Alcoi, que poco a poco va tomando impulso.