Así se presentan en su tarjeta de visita y, si bien no he pisado (aún)la punta de "la bota", debo reconocer que mi paso por Il Tano, en la zona de Santa Catalina, me anima a querer conocer el sur de Italia.
Fui con dos amigos a partir de una recomendación y admito que fue todo un acierto. Entrantes al más puro estilo italiano (embutidos, provolone, mozarella...en raciones generosas), tres pizza grandes y exquisita, tres cervezas, una botella de Piccini Nero d'Avola (lo desconocía y resultó todo un descubrimiento), 1 ración de tiramisú y 3 cafés por 18 euros/persona (iva incluido. Se nota que en cocina se lo curran con buen hacer y cariño.
Por poner algún pero, la descoordinación (las pizza llegaron antes que los entrantes) y el vino, que estaba un pelín caliente. Se solucionaría ampliando el servicio pues el restaurante está a rebosar... y se entiende que así sea. Ah! Y la carta de vinos(por llamarlo de algún pues no existe como tal ya que te los recitan) apenas ofrece mucho donde escoger, pero el Piccini, como ya dije, fue una sabia elección.
Por tanto, lo recomiendo y, por supuesto, pienso repetir.