Restaurante Óscar Torrijos (CERRADO) en Valencia
Restaurante Óscar Torrijos (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
49 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.5
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Óscar Torrijos (CERRADO)
OPINIONES
4

En un mes, he tenido la ocasión de visitar su local dos veces seguidas, ninguna de ellas me ha defraudado, he sabido a lo que iba, lo que me iba a encontrar y como está el panorama.
A nadie se le escapa que uno de los grandes de la gastronomía valencia llegado de Cuenca y afincado en nuestra ciudad, la crisis también le pasa factura, pero no solo es eso, motivos circunstancias personales, cambios de ubicación, etc., hace que en ocasiones el visitante acabe desorientado y hoy en el comer la fidelidad no es un denominador común.
Lo conozco desde sus comienzos, creo recordar en calle del Mar, después en Dr.Sumsi, que gran espectáculo (cuando había mucho dinero suelto), mas tarde en el Westin.
Oscar es un cocinero valiente y honrado, no engaña a nadie, si antes podías yantar por 100€ y te parecía soberbio lo que allí tomabas, ahora se ha puesto las pilas y te ofrece dos menús en un todo incluido que desde los 25€ hasta los 38€, puedes deleitarte con ellos.
A Torrijos lo que le va es la cocina, sus cacharros, su compromiso con lo que hace, es decir, que este bueno y no entiende de crisis y circunstancias, simplemente las sufre, a mas comensales, mayor felicidad, mayores posibilidades, si esto mengua, tu oferta debe adaptarse.
EL mundo de la restauración es injusto, te coloca a un restaurante en la cima y lo lleva a los infiernos, pero en ambos casos siempre suele ser injustamente, no hay dioses ni demonios en entorno a la manduca.
Sin pasiones, sin arribismos, el menú de 25€ es sencillamente atractivo, se que a Oscar le encantaría no tener que ofrecerlo, que nadie mirara los precios a la derecha y que se centrara en lo que desea comer, pero el también tiene que comer!!
Un lugar recomendable para reencontrarse con genios culinarios, mi consejo Oscar, habilita la entrada donde tienes la barra como gastrobar, llénala de tapas originales, ofrece algunos vinos de esos que tu sabes que van a gustar, elimina las mesas de la entrada y pon mesas altas con taburetes, después ya veremos si siguen con la cena!!
Nosotros cenamos por 25€ con vinos y aguas todo incluido y muy recomendable.

No recuerdo haberlo pasado peor en un restaurante. Voy a narrar la historia. Al llegar nos atiende un joven con una camisa vergonzosamente sucia, y eso que era negra, y tras confirmar nuestra reserva nos despacha amenazando si queremos carta o menú, sin más preámbulos. Al responder "no sé todavía" finaliza con un "pues ahí en la pared está el menú", y se marcha. Empezamos bien. Afortunadamente nos recoge una señorita y le decimos que puestos a equivocarnos preferimos carta. Fuimos los únicos comensales del local, jueves mediodía, 11 de agosto, no me extraña, y no me escondo al decirlo. Tras recibir una cerveza de refrigerio nos abruman dos veces con la comanda: impertinentes prisas. La carta de comida tenía dos menús, uno de 38 y otro de 75, y los platos sueltos tenían precios como "gazpacho andaluz" (el nombre era más largo, pero era eso) 22 EUR!!! Nos decidimos por el menú de 38, compuesto de gazpacho, bacalao en tempura, arroz de sepia y rape y postre. Me pareció una barbaridad de precio, pero con la fama del cocinero no esperábamos fallar. La carta de vinos era vulgar e insolente: los vinos de 7 EUR a 37 EUR, y los de 100 EUR a 180 EUR; la variedad vulgar, y la selección de espumosos menos original que la del Carrefour (Moët, Cliquot, Mum, Taittinger, Dom Perignon y Krug, y ya, el Krug a casi 200 EUR, eso sí) Solicitamos un cava Tamtum Ergo blanco (era lo mejor de la carta), a 36 EUR!. Tardaron 10 minutos en descorcharlo, rompieron el corcho, lo forzaron con sacacorchos, lo sirvieron en la copa con trozos de corcho y se quedaron tan anchos: infame. Eran las 15.30h y no teníamos ya alternativa, había que continuar. A parte del menú pedimos unas croquetas de bogavante: salieron abrasadoras, de microondas, completamente arrugadas, sin textura, blandas como para no poder cortarlas, y por dentro eran líquidas, con un ligero sabor a bogavante que recuerda los precocinados del Mercadona: indigno de servir a la mesa. Había hambre y nos las comimos. Luego el gazpacho andaluz, con un helado de ajoblanco, el mejor plato de todos, fresquito y con sabor a gazpacho, como debe ser, ¡pero 20 EUR!: que insolencia, mi abuela los hacía a 50 céntimos cuando tenía el bar. Luego el bacalao en tempura: falso, era bacalao rebozado, muy aceitoso, recalentado al microondas, muy blando, sin textura y sin sabor, caldoso por dentro, como los que pueden comprarse congelados, pero de peor rebozado. Finalmente arroz de rape y sepia: normal, digno de cualquier restaurante, pero no de éste a esos precios. Finalmente un helado de limón con mora: normal, lo mismo de antes, 11 EUR!: escandaloso. Para acompañar el helado solicitamos un vino dulce, había oído que tenían una buena selección. Pregunté y nos ofreció tras divagar una referencia, sin más pistas. La aceptamos, me daba miedo profundizar. Sirvieron un moscatel, muy sencillo, a 5 EUR la copa, eso sí, en una copa de vino tinto de propaganda de Ramón Bilbao: nunca me he sentido tan engañado. Un café, por favor, que nos vamos. Para rematar nos sacan la cuenta con un 8% de IVA más, aunque en la carta ponía que el IVA estaba incluido, 75 EUR por persona. Recapitulemos: una caña, croquetas de microondas, gazpacho, bacalao rebozado, arroz, postre y café, con un cava, 75 EUR cada barba. Quería montar un escándalo, pero iba acompañado de alguien que no quería que se sintiese incómodo, y pagué la cuenta y fuimos a otro lugar a tomar una copa. El peor restaurante que recuerdo.

Visita un martes por la tarde después del trabajo. Menú de 25 euros agua y vino de la casa incluido.
3 aperitivos ,terrina de pichón, gazpacho andaluz y croqueta de mejillón, entrante crujiente de sepia con ensalada , en la cena carne o pescado a elegir,mi mujer salmonetes con gnoquis y yo cordero con cuscús y puré de remolacha, y de postre tarta de chocolate con helado de cerezas.
El precio es con café y una cerveza.
Con Oscar Torrijos se acierta, siempre, esté donde esté, y la relación calidad precio tremenda.
Además tiene carta de vino para llevar y picamos con tres Riestlings .....

Desde mediados de los 80 que empezó a introducir en Valencia un nuevo tipo de cocina hasta hoy Oscar Torrijos ha pasado por varios locales. Ignoro si se debe a falta de éxito comercial o a una inquietud profesional pero creo que su cocina siempre ha sido consistente aunque hoy ya no resulté tan innovadora. Productos de calidad, bien elaborados con un toque justo de modernidad pero sin llegar a dejar irreconocible la materia prima con espumas, humos o deconstrucciones.
De nuevo en la calle Finlandia (local al que llegó tras dejar c/Dr.Sumsi y al que vuelve tras dejar el Hotel Westin).
La carta es amplia con opción a menú degustación pero optamos por comer a la carta. De primero ensalada de bogavante frito con un crujiente rebozado (original aunque quizás se pierde algo de un excelente marisco). De segundo un canelón de perdiz con trufa y salsa de queso Idiazabal muy muy rico. La salsa de queso con la trufa y la pasta combinan de maravilla.
De postre un crujiente de naranja con chocolate negro. Combinación bien resuelta de la tradicional mezcla de sabores (cítrico + chocolate).
En general raciones muy generosas.
Por lo que se refiere a la carta de vinos es muy amplia incluyendo una buena selección de espumosos (tanto cavas como champanes). También cuenta en la misma con una buena selección de vinos dulces y una gran variedad de todo tipo de licores.
Acompañamos la cena con La Viña de Andrés Romeo 2002, excepcional vino que en curiosamente empezaba a “caer”. Me hubiese gustado probarlo hace un par de años. Servicio con envinado de copas y atento a rellenar en todo momento.
Con el postre la maitre (por cierto demostrando mucha profesionalidad durante toda la velada) nos ofreció un tinto dulce (creo que de Castaño) que me sorprendió agradablemente pues mantenía la aspereza de los taninos a pesar de su dulzor.
Para terminar cafés acompañados de mignardies y un GT de Mombasa y Fever Tree un poco fuerte para mi gusto.
El servicio, cubertería, menaje y en general todo lo que rodea la comida a buen nivel. En resumen un cena algo cara pero muy sabrosa, con materias de buena calidad y con Oscar en plena forma en su nuevo-antiguo local de la calle Finlandia. Volveremos. El precio es sin vino.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar