Vendrell necesitaba un poco de innovación.

Conocía al cocinero y al servicio, pues no son nuevos en la zona y pusieron en marcha un proyecto anterior cerca de la playa, entre San Salvador y Comarruga.
La propuesta que presentan es innovadora en una ciudad como El Vendrell. Se trata de un restaurante pequeño, con pocas mesas, pero perfectamente equipado de menaje, vajilla y coperío. Manteles y servilletas de calidad, todo lleno de detalles que se agradecen.
La oferta de mediodía está basada en un Menú de 16 € que incluye la bebida y el IVA. También puede optarse por las recomendaciones del día, a precios más que razonables.
Por la noche la oferta cambia a unas opciones más de carta.
Optamos por el menú y confieso que quedamos las dos personas muy satisfechos. Tomamos una tortilla de trigueros que estaba en su punto, con excelente presentación, y unas lentejas (auténticas pardinas pequeñas) en su punto, muy bien cocinadas y aderezadas con embutidos con un toque ahumado. Excelentes.
De segundo optamos ambos por un bacalao confitado con ratatouille. La calidad del bacalao superior, al punto de cocción exacto, el sofrito muy cuidado y también en su punto.
De postres tomamos carpacio de piña, también excelente.
El vino rosado frío que nos incluyeron en el menú era un Somontano sencillo pero que encajó perfectamente con lo que se esperaba, bien servido en copas de calidad y a su temperatura, con cubitera incluida.
Repetiremos seguro y espero que el boca - oreja funcione, como ha sido nuestro caso.