en face de parachute es un bistro moderno de los que se llevan mucho ultimamente en bruselas. un ambiente acogedor con buena decoración y mesas pequeñas que favorecen la intimidad. el servicio es atento y rápido para los cánones belgas.
no hay demasiada elecciùon en la carta de vinos pero las referencias son buenas. la idea de restaurante es ofrecer sólo varias cosas de calidad. el servicio de los vinos regular. tomé un buen givry por copa y un morgon de lapierre estupendo, sutil, muy floral y tremendamente agradable.
la comida sigue el concepto del local y ofrecen 5 platos de entrada y 5 de plato principal. entre las entradas algunos clásicos como las ostras o una ensalada de atun rojo. nosotros optamos por un estupendo tartare, con una carne exquisita y estupenda preparación, que venía acompañado de wasabi, un sushi y algas, además de un pepino en rodajas. me pareciùon un ensamblaje perfecto, un guiño a la cocina japonesa y cómo puede complementar un clásico como un tartare.
de plato tomamos un buen rodaballo pequeño que venía acompañado de salsa de mozzarella y un toque sutil con dos bresaolas confitadas y fritas que le daban al pescado otro aire, así como una endivias asadas de guarnición. también un riz de veau (cuello de vaca) con mango que estaba delicioso.
en los postres más clasicismo: tatin con helado de especuloos y un moelleux de chocolate negro con helado de vainilla muy rico pero que podría haber estado un poco más fondant por dentro.
en cualquier caso, un lugar que recomendraría por el buen juego de texturas y de mezcla de tradiciones culinarias sin salirse de una cocina francesa de mercado.