Si bien no es un restaurante, se trata de una bodega en el Somontano, organiza comidas y eventos en sus instalaciones.

No me preguntéis cómo, pero el caso es que acabamos comiendo en este espacio singular 5 personas servidos por Marino Beroz (propietario de la bodega y presidente de la DO), cocinados por su hijo Adrián y acompañados por John Wine algo así como una mascota de la bodega.

Después de visitar la bodega acompañados por Mariano Beroz, quien nos habló de su fallida experiencia pasada y de la ilusión de este proyecto, nos sentó a la mesa y nos sirvió:

Berberechos al vapor (buenos)
Navajas a la plancha (buenas)
Huevos fritos con foie, cebolla confitada y trufa rallada (muy buenos)
Lubina al horno (bien)
Carrillera (muy buena)

De postre una torrija (muy rica)

Café (bien)

Bebimos
De Beroz esencia de blancos (blanco)
De Beroz esencia de tintos (rosado)
y creo que, De Beroz nuestro roble (tinto)

Ese rosado es muy bueno

Ni pongo precio porque no pagué yo. Gracias a los dos que pagaron, que eligieron el sitio y que organizaron todo.