Local muy céntrico, agradable en general pero algo frío por su distribución y la puerta abierta para la fecha. Lo primero que se echa en falta es un mantel, aunque sea de papel, pues los precios de la carta lo permiten; tampoco vendría mal un servilletero en la mesa.
El servicio (Rossy) diligente en general pero a la que recomendaría dar tiempo a los comensales a acomodarse antes de precipitarse a traer la carta y pedir las bebidas, pues da impresión de prisa y presión (y eso que el local estaba prácticamente vacío).
Nos dedicimos por medias raciones que presentaron un buen tamaño pero presentadas en un plato pequeño y angosto que deberían reconsiderar. La carta de vinos reducida y poco atractiva nos llevó a la cerveza Alhambra sin alcohol en caña a 1,80€ (7/10).
Salmorejo. Muy, muy bueno (y eso que no es un plato de mi agrado). 5,00€ - (9/10).
Surtido ibérico. 2 rodajas de salchichón (7/10), 2 de lomo (2/10), 4 de jamón (3/10), 2 de chorizo (5/10) y 2 de morcón (5/10). Nada recomendable. 9,50€.
Rabo de toro. Correcto; falta alegría en la guarnición. 7,25€ (7/10)
Bacalao sobre pisto. Correcto pero sobra aceite en el plato que resulta grasiento. 7,25€ (6/10).
Surtido de postres. Naranja a la antigüa (7/10), Pastel cordobés (8/10), Leche frita a la que deben reducir el grosor (6/10), Helado de turrón (6/10), Profiterol que deberían suprimir (3/10) y Tarta de chocolate con un bizcocho seco que resulta inapropiada (tal vez sí para un cumpleaños) (2/10).
Café solo. 1,75€ (7/10).
Pan y regañás. 2,00€ (7/10).
Opinión Global: Correcto pero creo que hay otros lugares mejores en la misma zona y con una mejor relación calidad precio.
Saludos.
El guiso de rabo de toro (en realidad vaca o buey la mayoría de las veces) no deja de ser un estofado cuyo principal objeto es el sabor y la calidad de la carne. Y esto estaba correcto. Pero cualquier estofado gana considerablemente, en mi opinión, si además de la carne se presenta en el plato con unas patatas también estofadas, con unas zanahorias y, probablemente, con unos guisantes.
Los colores, amarillo, naranja y verde aportan "alegría" a la oscuridad de una carne sobre una salsa.
Confío en responder a la cuestión.
Gracias y saludos.
No me digas que no te pusieron ni unas miserables patatas fritas como guarnición.
Unos 8/10 daditos de patatas fritas ajenas al plato, pero sólo eso.
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