Ante todo honestidad

Me parece una propuesta muy honesta la de este local de la población de Burjassot.

Honesta desde su nombre, pues que nadie espere un restaurante de cuidad decoración y mantel de hilo. Se trata de una taberna, como bien reza su nombre, con una cocina de mercado sencilla pero bien elaborada.

Tiene algunas sartenes de huevos con patatas y chorizo bastante ricas, ajoarriero al estilo conquense, alcachofas a la plancha, papas "arrugás" con un mojo bastante rico... Vamos, cosas sencillas pero bien hechas, a excepción de una croquetas de bacalao que aseguraron ser caseras y no nos convencieron, todas las tapas sencillas pero bastante buenas, como lo estuvo el entrecot trinchado que compartimos la centro de la mesa.

La carta de vinos es sencilla, algún Rueda, un El Coto como "vino bueno" y poca cosa más. Copas de batalla y servicio atento, poco profesional en el tema del vino, pero al menos es siempre cordial y diligente, cosa que, cuando acudo a una taberna de barrio, me vale.

Este local está ubicado en una casa de pueblo antigua ambientada a modo de posada, los camareros se visten con un hábito de monje pero solo eso, no te molestan con más performances.

Pues eso, una taberna donde hacen las cosas bastante bien a un módico precio, honestidad en todos los sentidos.