Se trata de un restaurante de comida italiana muy a la altura de otros clásicos vitorianos. He ido a cenar a este restaurante 6 veces al menos y las pizzas son inmejorables. Si es cierto que quizá la carta de vinos no es la más extensa, pero a mi me resulta suficiente. Lo de la decoración me temo que es subjetvo. Se trata de un local en blanco con dibujos extraídos de los códices de Leonardo, en concreto de las máquinas. En cuanto a las otras opciones de pizza en la ciudad no estoy nada de acuerdo. El Dolomiti es el restaurante italiano más caro que he visto en mi vida. Ni en Italia, país al que por cierto, viajo frecuentemente. Creo además que la fama de ese restaurante es fruto del carácter inmovilista vitoriano: algo que fue bueno hace años, por ser el único, pasa a ser siempre bueno. Y en hostelería eso no es así. El servicio no es muy del otro mundo, pero son amables y simpáticos, cosa que en el Dolomiti no siempre ocurre. En cuantro al Tagliatelle ...para pasta ni tan mal ,pero la pizza es para tirar a la basura. Lástima que propuestas como estas no siempre cuajen en ciudades pequeñas, reacias siempre al cambio. Y tan, tan criticonas gratuitamente.