La primera vez que visitamos el local no salimos del todo contentos, demasiados fallos en el servicio, ausencia de platos... Así que debíamos volver y dar otra oportunidad a este restaurante.
La decoración ha mejorado desde nuestra última visita, con menos elementos decorativos que acababan por abigarrar el ambiente. Ahora el ambiente es mucho más limpio, más sosegado, y eso que fuimos en domingo con el restaurante lleno hasta los topes.
Tomamos la ensaladilla rusa, me gusta pedirla allí donde voy, buena, no destacable, pero la volvería a pedir.
Tomate burrata, tomate seco y aceite de trufa. La encanta la burrata, por eso no acabé de entender el concepto del minúsculo trozo sobre el tomate, además de que me gusta que esté la pieza entera y poder disfrutar partiéndola y probando el centro cremoso.
Escombros: pulpitos rebozados que estaban muy buenos.
Alcachofas, foie y jamón: bien por las alcachofas pero demasiado foie y presentación algo demodé, con esos hilos de aceto balsámico... Me quedo con que se utiliza un producto de temporada y éste estaba bien trabajado.
Canelones de ternera y boletus: muy buenos, lo mejor de la comida sin lugar a dudas.
Mero a la brasa que salió algo seco pero con el aliño de vinagre, aceite y ajo, la cosa mejora y es un buen bocado.
De postre probé un poco de una rotunda tarta de queso casera, bastante buena, aunque menos mal que no la pedí, porque no hubiera podido terminarla.
La carta de vinos viene en un iPad, lo que resulto cómodo, limpio y le da un toque de modernidad. Respecto a los vinos... mejor carta de tintos que la selección de blancos, extremadamente predecible, así como la de espumosos nacionales que se queda con los de Hispano-Suizas y un Gran Juvé. Tampoco tuvimos suerte y los dos primeros vinos que pedimos no los tenían. Copas correctas y servicio amable y dispuesto a colaborar en todo momento. Tomamos un Godello de Dominio de Tares fermentado en barrica y un Tamtum Ergo blanco.
En lineas generales es un restaurante atractivo, con una clientela fiel de la zona y alrededores, con algunos altibajos en su cocina.