Merece la pena

Acudimos el viernes noche ya que ibamos a estar por la zona y los comentarios eran buenos. De entrada sorprende la distribución del local con la cocina en medio.Local moderno donde predomina la madera.
Nos ubican en la sala de dentro y rapidamente nos traen un platito de olivas y otro con papas, sin embargo cuando nos ofrecen si queremos tomar algo ya nos habíamos acabado el aperitivo, además tuvimos que solicitar la carta. Tomamos los siguiente

2 empanadillas de pisto con tonyina: Bien
Sardina ahumada con salsa tártara y pan de cristal con tomate:Excelente
Patata, huevo y trufa: Muy bueno, servido en un tarro de cristal a modo de yogur
Presa ibérica con chimichurri: Se deshacía en la boca
Y dos tostas: Alcachofa y queso de cabra. Y tomate asado, pesto y pez espada, mejor está última.
De postre para rebajar: dos bola de helado de leche merengada y baileys.
En cuanto a la bebida, dos estrella galicia (1.70), agua de medio litro (1.50) y una copa de viña izadi (3.50) que descorcharon para mí. La carta de vinos no la miré, a la próxima.

La sensación fue buena y eleva la oferta de la zona, deben mejorar el servicio: sobre todo por el detalle del principio (hay tres camareros y el local no estaba lleno), y el local es algo ruidoso, sobre todo si tienes a un grupo de ocho al lado,pero el finde ya se sabe.

Como anécdota negativa hubo una fuerte discusión entre el grupo de ocho y la mesa de al lado nuestro ocupada por dos personas que se hartarón de su tono de voz pero tampoco fueron la formas adecuadas.
Al final el grupo se trasladó al espacio de la entrada.