Si algún día renuevan el local; si algún día renuevan los camareros e incluso un poquito la carta, volveré. Si no, no vuelvo a pagar 90 € (2 pax) por disfrutar solo un poco de la comida del domingo. La menestra riquísima, pero también la hace así mi suegra. El arroz con almejas también muy bueno, pero yo para gastarme ese dinero necesito algo más
Una comida peculiar la que disfrutamos como únicos comensales un viernes a mediodía. Echamos en falta la merluza rebozada, pero este fin de Enero anduvo el mar muy revuelto y quizás no hubiera piezas que dieran la talla. Optamos por un rape a la plancha de perfecta textura. Encontramos algo flojas, en cambio, las almejas que compartimos de entrante y, como siempre, perfecta esa fusión tan tradicional que es la menestra de la casa con tantos componentes rebozados, carnes, verduras, hortalizas y esos guisantes. Mi tarta de queso no debería encontrarse en la carta de un sitio como este. Lo mejor, sin duda, fue una imprevista vista de la cocina en donde me asombró una sobrecogedora placa de carbón de 2 x 4 metros en donde hasta creo que yo podría cocinar algo sabroso. No estaría de más una puesta al día de los aseos y mejorar la cristalería. Aunque, todo en su punto, quizás esas puestas al día rompiesen ese aire de viaje al pasado que tuvo toda la comida, quizás, me temo, de última función.
He ido en varias ocasiones a comer a Casa Damian. Se come MUY BIEN. Tienen una calidad excelente. Vale la pena probar todo lo que tiene que ver con "verduras". La menestra palentina es una exquisitez, los esparragos, el pisto, las alcachofas,.todo excelente. El arroz con almejas buenísimo, el solomillo, los postres,............
La sensación es comida casera exquisita. No se trata de una cocina elaborada, sino de buena materia prima y sencilla.
Casa Damián, en Madrid sería una gran tasca ilustrada. Quizá la mejor.
Se asan pimientos de tamaño mediano. Se vacían y pelan con cuidado de no romperlos. Se reservan. Se hace un sofrito con cebolla picada,zanahorias, tomate, ajo y puerro . Se pasan por harina los trozos de rabo de toro y se doran en una cazuela con un poco de aceite. Se añade el tomate y el sofrito y se dejar cocer 10 minutos. Cuando la carne va tomando color, se añade brandy y buen vino blanco. Se añade caldo de carne, laurel y el estragón. Se sigue cociendo durante 3 horas.
Una vez pasadas las tres horas, se deshilacha la carne del rabo y con ella se rellena el pimiento anteriormente reservado. Se enharina el pimiento y se fríe. Se añade al plato la salsa resultante de la coccion del rabo de toro.
Once euros la ración.
Sin palabras.