Un italiano con vistas...

es este restaurante situado en la 10ª planta del céntrico Hotel Royal, desde el que casi puedes tocar los tejados de la Catedral de St. Stephan. Está en el mismo cogollo del centro de la ciudad, en un ático y bien aislado por cristaleras. En verano también tiene que ser un lugar estupendo.
La comida es italiana de mucha calidad: compartimos prosciutto con parmesano (bien desmenuzado), carpaccio de buey con rúcula y parmesano y mousse de gambas.
En los segundos nos decantamos mayoritariamente por el ciervo a la parrilla con castañas, riquísimo, perfectamente al punto y con la guarnición para chuparse los dedos. Como buen detalle un comensal lo pidió poco hecho y al pasarse de punto reclamó y le trajeron otra ración a su gusto sin una sola mala cara.
Un comensal tomó un original plato de vieras con trufa igualmente muy bueno.
Postres con un tiramisú excelente.
Menaje de nivel, pan de un tipo bueno, carta de vinos interesante, mayoritaria en vinos italianos y algún austríaco, no tengo criterio para saber si los precios eran elevados o no.
El camarero fenomenal, profesional y muy amable, además se manejaba muy bien en castellano. Nos invitó al final a una copa de grappa.
En resumen, un lugar para disfrutar en todos los sentidos: de la vista, de la comida y del vino. Me gustó mucho.

  1. #1

    Silvia Franconetti

    ¡¡Me alegro que disfrutaras tanto!!

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