Local con una bonita decoración, vanguardista, cocina correcta con buena materia prima, copas decentes (sin marca reconocible) y buen servicio del vino (cubitera, decantador,...). El problema es la carta de vinos, bastante escueta, donde hay cosas curiosas como, por ejemplo, tres cavas anunciados y, sin embargo, siete u ocho champagnes. Los precios, algo alocados: igual ves un Mogador a 45 € que un Agustí Torelló Reserva Barrica a ¡36 €!.

Coincido contigo en la valoración del local, su decoración, su cocina, las copas. Pero cuando te dan la carta de vinos se te cae el alma a los pies: pocas referencias y de sota, caballo y rey. Sé que hay voluntad de cambio. Como tu dices, a seguir.

Ante todo hay que decir que el nombre de este nuevo local es engañoso: aquí no hay una nutrida selección de Burdeos sino una carta de vinos, de momento, bastante corta aunque con una buena selección. El local tiene una atractiva decoración, muy en la línea "fashion" actual. Interesantes propuestas de cocina de mercado (muy bueno el bacalao a la muselina que me tomo) y servicio del vino correcto. Un restaurante a seguir. Repetiré visita.