Situado en el centro de la ciudad este restaurante clásico en todos los sentidos, da la sensación de haber tenido épocas más gloriosas. Aún así, conserva cierto prestigio entre la burguesía local y sus preparaciones no defraudan a un público que no buscará allí ninguna sofisticación. Por cuestiones laborales, he estado tres o cuatro veces, y sin salir emocionado en ningún caso, tampoco he salido decepcionado.
De primero gambas rojas, bien, aunque de precio bastante elevado. Calamares a la malagueña también es una opción de calidad. De segundos, el solomillo es una buena apuesta, y también el rape al estilo Orio. Vinos Riojas y Riberas, además de los de la zona Costers del Segre, quizás un poco pasados de precio. En fin, un lugar medianito para no llevarse sorpresas.

Restaurante de mobiliario y decoración clásicos que genera una atmosfera agradable. Atendido por un personal que ofrece un trato cordial y atento. Platos sencillos donde la base es el producto, producto de gran calidad al menos en los platos que comimos nosotros.
Buen jamon iberico pese a no estar cortado a mano.
Excelente solomillo de ternera tanto en referencia a la calidad de la pieza como al punto de cocción.
Muy buen rodaballo, a la placha, tambien con un punto de cocción excelente.

Ni las guarniciones , ni las presentaciones de los platos ofrecen ningún encato.

Sobre los postres, lamento decir que fue flojo el coulant de chocolate.

En definitiva buen restaurante para disfrutar de un producto de calidad y bien cocinado, en un ambiente agradable y a un precio decente.

Restaurante familiar, con Wine Bar al lado, "el Zeque", también de la familia.
En decoracion un cero, ahora, en comida, servicio y en el trato del vino, fantástico: muchos vinos españoles, "los mejores", atención magnífica. Muy recomendable. El precio depende del vino que tomes: 35€ sin vino aprox.

Muy recomendable, "El Zeque" para tapeo y chateo fantástico.