Lo conozco casi desde sus inicios y me parece tan interesante como reunirse para comentar las patatas fritas de alguna cadena multinacional de comida rápida.

Suelo acudir porque es el menos malo de la zona en su segmento de precio, el servicio es correcto, tiene varias atenciones y mantiene varios menús asequibles y variados, de ahí que tenga cierta afluencia.

Vamos; acudir solo para cumplir con las necesidades fisiológicas, sin ninguna otra pretensión.

Probamos el menú degustación, que incluye camembert frito, revuelto, gulas al ajillo, minipizzas, morcilla de burgos, pimientos del piquillo rellenos, hojaldre de solomillo, sorbete de limón, surtido de postres, bebida y café. Todo estaba muy bueno, las raciones fueron abundantes y el sevicio fue muy atento. Quedamos muy satisfechos.

Menú del día en sábado; sirven unos primeros para picar y unos segundos individuales. Camembert frito correcto (parece una moda, está por doquier, pero curiosamente siempre sabe igual al queso de origen, a nada; ensalada de pollo con salsa rosa o algo similar; y un plato de paté y quesos cortado en porciones algo pequeñas. El camarero que nos toca, amabilísimo, siempre dispuesto y muy profesional,excelente; por eso no se entiende muy bien que cuando le hacemos notar que uno de los trozos de queso tiene un poco de moho (que por supuesto no era del propio queso), nos venga con excusas peregrinas del tipo: "es que a veces el cuchillo con el que se corta ha cortado otra cosa...", es que tampoco lavan los cuchillos?
En fin, para compensar nos trajo otro "trocito" del mismo queso, pero bien "cortado".
De segundo pizzas de muy buena masa y muy poco sabor, y pasta al pesto con la misma carencia. Nos sirvieron unos sorbetes de limón muy ricos como atención de la casa, que en realidad estaban sirviendo en todas las mesas. Para beber lambrusco correcto en cubitera.