Un gran descubrimiento para nosotros. Nos ha encantado este restaurante. Su ambiente, su diseño cálido, su bienvenida y despedida, y por supuesto su comida.
Siendo nuestra primera visita, probamos la zona de abajo, dedicada al tapeo, montaditos y raciones. No doy detalles porque hay que probarlos, a destacar el de foie con frutas secas. Algunos a mejorar, a mi gusto. El pan que los monta, también a mejorar cuanto antes, era de paquete y además estaba blando.Mejor una rodaja de bagette integral del día. Las raciones correctas. Me gustaron los callos con garbanzos. Tanto los chipirones como el pulpo,demasiado cocidos. Todos los postres que probamos fueron disfrutados.
Exquisito trato y servicio. Que compensa con creces las carencias puntuales de la comida. Carta de vinos extensa y muy completa. Solo eché a faltar blancos navarros. La experiencia de por sí, nos dejó encantados y con ganas de dar el salto y probar la zona de menú degustación.

Esencialmente de acuerdo con el comentario anterior. Espacio muy buen resuelto, con luz y separación de mesas adecuadas. Propuesta gastronómica a consultar en la pizarra. Suficiente y original para una propuesta informal y de calidad.
Tapas y platillos. Vinos a copas pero puedes solicitar la carta de vinos del restaurante.
Debería mejorar el servicio de sala. El día de la visita 2 camareras muy amables pero desinformadas. Les pedimos parar el servicio de tapas porque aún no teníamos el vino y habían servido las 3 primeras. Al solicitar los quesos de postre una de las camareras preguntó si estaban disponibles.
El maitre del restaurante se acercó en un par de ocasiones demostrando una mayor profesionalidad.
Y con toda la prudencia no comparto los padres que dejan sus hijos jugando y corriendo entre mesas cuando ellos siguen con sus conversaciones sin advertirles de nada.
Los visitaremos de nuevo...

Simplemente quiero añadir un comentario sobre este segundo espacio creado para tomar un montadito y una copa de vino en la parte inferior del restaurante.

En armonía con la decoración del Conjunto, unas escaleras nos conducen a una bodega y la decoración de cajas de madera y serigrafías utilizadas en el mundo vinícola te llevan a un espacio muy bien iluminado con unas 7 mesas de 4 comensales y una barra. Detrás de la barra dos personas preparando montaditos muy cuidados (de ceps, foie y espárrago,etc) Muy buenos. Pequeñitos. Y todos a un mismo precio y para rematar puedes pedir una tapa ( una media ración) de calamares, cap i pota, ..algo más contundente. Tienen dos blancos y cuatro tintos escogidos para tomar a copas (estilo monvínic i els tres porquets).

Total: Muy buen entorno y no desentona nada con la cocina del piso superior.

En la web podéis ver imágenes del lugar