En pleno casco de Zaragoza, cerca de las zonas más emblemáticas de tapeo de la ciudad, dispone de terraza, que para el buen tiempo, tiene que ser todo un lujo disfrutar de la misma y comer razonablemente bien, aunque preferiblemente de tapas, ya que en la cocina de más peso andan un poco más perdidos, aunque sea aceptable.
Decoración actual, paredes de ladrillo visto, tonos pastel, montaje de mesa funcional (caminos de mesa de papel), cumple para una comida sin pretensiones, servicio atento, tuvieron la deferencia de hecernos un hueco anets de que llegase una de las reservas, dejamos la mesa antes de que fuese la hora, por supuesto. Si te dejas aconsejar por el camarero que hace las funciones de maitre, se limitará a leerte la carta en orden de precio descendente (juas). Buena oferta de vinoo por copas entre 1,5 y 2 €, o por lo menos para lo que estamos acostumbrados en Zaragoza, servidos correctamente para tratarse de un bar (restaurante).
Todo lo pedimos a compartir (4 personas), empezamos por unos carabineros, servidos de una forma especial, acompañados de una salsita que estaba bien, parece ser de lo más típico, me autoengañé a la hora de pedirlos y se llevaron la mitad de la factura (10 € /ud, total 40 €), estaban buenos, aunque no se encuentran entre mi marisco preferido, o quizás pese a eso. Seguimos por unos chipirones a la plancha, bien aunque escasos para los 10 € de la ración, una rroz con hongos y foie (y trufa rallada), bastante bueno (10 €), unos huevos rotos "diferentes" (6€), que por intentar diferenciarse, se trataba de la base de una tortilla de patata medio cuajar y cubierto de pimentón, como digo diferentes, no mejoran la forma tradicional, pero puede venir bien para cambiar. Y para terminar un solomillo de ternera con setas y foie (18€), que si realemente era solomillo (que lo dudo), es seguramente en solomillo más duro que he comido en mi vida, cubierto de una salsa (reducción de carne y foie), que acompañaba bien, hubiese estado bien el plato de tratarse de otro corte mejor.
Total 96€ de 4 personas, con 4 tubos y 3 vinos para acompañar la comida, de postre invitaron a una cucharadita de chocolate estilo nocilla pero más denso. Voveré pero a pedirme unas tapas.