Y al tercer intento....decepción!!

El pasado sábado después de ver en el cine Bon Appétite (por cierto, bonita película) decidimos realizar un nuevo intento de probar Mercatbar, pasaban un poco de las 22.30 h, preguntamos la posibilidad de cenar 2 personas y tras una pequeña espera nos adjudicaron mesa. El local és agradable, estéticamente a mí me gusta, opinión subjetiva sin más. La separación entre mesas, al menos donde nos ubicaron, era casi inexistente, y claro cuando esa pequeña distancia es la separación con una mesa de grupo de potente volumen se acusa y mucho, pero bueno, sin duda contábamos con lo bullicioso del local. La vajilla tiene un punto retro divertido, manteles y servilletas de papel y copas para el vino adecuadas.

Para cenar decidimos probar el menú mercatbar (16.50 € por persona) que consta de 5 tapas para compartir, un plato y postre, pensamos que para una primera visita podía ser interesante conocer, a través del menú, las diferentes secciones de que se compone la carta. Después de una media hora de espera empezamos la cena, los platos fueron:
Mojama con cebolla encurtida. Buena
Provolone a la llama sobre focaccia de aceite, poco acertado.
Pizza margarita, sin pena ni gloria.
Ostra, buena
Fritura de rabas de pollo, rebozado aceitoso,
Platos
Suquet de atún, fundamentalmente salado.
Chuletillas de cerdo, carne rebozada (igual que las rabas de pollo), un tanto aceitosa que ocultaba el sabor de la carne.
De postre del dia una tarta de yema, muy seca, des de luego lo del “día” suena un tanto irónico.
Servicio de pan con tomate (1.50 € por persona), bueno.

De beber tomamos 3 cervezas de barril y una copa de vino Viña Sastre crianza (3,50 €), el vino me gustó aunque no estaba a la temperatura adecuada.

Realmente el menú de esa noche resultó muy decepcionante, fue un paseo por lo más desacertado de la carta (almenos ese día) y sin ningún equilibrio, demasiado repetitiva la utilización de masas y rebozados. Las mejores tapas la ostra y la mojama, es decir las que no tenían ninguna elaboración.
Nuestro primer pensamiento se limitó a considerar que no habíamos acertado al elegir el menú y que tendríamos que volver para pedir a la carta, pero a medida que maduramos la cena cambiamos ese pensamiento por el de no volver (al menos en un largo tiempo),puesto que nos quedan muchas propuestas interesantes por probar, seguramente menos mediáticas pero más auténticas, y la economía doméstica no está, desgraciadamente, como para dar muchas segundas oportunidades.
Lo mejor de la velada....la película.

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