Se puede ir

Sobre todo si tienes el hotel a escasos 50 mts, como era el caso.

Bien situada, céntrica, rodeada de trattorias eso sí, pero además del menú que ofrece, a la carta tampoco se disparan los precios. El local es batallero, con manteles de papel, sitio escaso, servicio rápido y eficiente.

Como no llevábamos ni una hora en Bolonia, aun no nos habíamos acostumbrado a las cartas, si a eso le sumas, que cargábamos más hambre encima, que el perro del afilador, decidimos dejarnos aconsejar por el camarero, de primero Tagliatelle alla ragú, de segundo cotellete -un escalope a la milanesa, sobre el que colocan una loncha de jamón de parma y queso, y lo hornean para que se funda este último-. Cualquiera diría que habíamos pedido el menú infantil, pero hay que reconocer que lo disfruté como un enano, los tagliatelle estaban muy buenos, y el escalope tampoco desentonaba, sin complicaciones.

Para beber una frasca de vino peleón (la carta tampoco era barata, y tenían una docena de referencias) servido en copichuelas (constante a lo largo de todo el viaje).

Total 90 € de 4 personas, sin postre, con un café por barba (como se ha dicho ya, realmente bueno). No está mal, y bastante recomendable si sabes a donde vas, y si vas con niños, el paraíso.

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