A la vanguardia de Cantabria.

Poco mas que añadir al comentario anterior del amigo Isaac, ya que basicamente el menú y los vinos del maridaje son los mismos.
El restaurante está situado en un marco incomparable, con el Mar Cantábrico a sus pies, dispone de una terraza donde disfrutar de un aperitivo o una buena docena de ostras. En este caso, nos tomamos un par de cañas viendo la puesta de sol.
La cocina de Oscar Calleja, sorprende por su estética, sus técnicas avanzadas, su fusión del producto de Cantabria con cocinas de otras culturas y ese juego al despiste que tanto nos gusta.
En sala, Andres Gandarillas dispensa un trato elegante, casi distinguido, pero siempre desde la cercanía. Tuvímos la suerte de hablar largo y tendido, tanto de vinos como de su carrera profesional y la verdad es que uno no se cansa de escucharlo.
En cuanto a los platos, todos rozaron un gran nivel, pero nos sorprendieron sobremanera:
-El trapantojo de atún rojo, por ese juego al despiste que antes comentaba.
-El desierto de foie gras con rocas de avellana y armagnac, esa textura conseguida con el foie, que consigue engañar a tu mente por completo.
-El taco de langostino R.C, tanto por la calidad de ese langostino, presentado aldente casi crudo, con el maridaje del tequila reposado.
-La hoguera, simplemente por esa concentración de sabores, un mar y montaña antológico.
-Como nueva incorpración, se encuentra El bonsai, pequeño arbolito de chocolate, presentado en una maceta y enterrado en una especie de tierra, rico y sorprendente.
La velada va terminando donde todo comenzó, de nuevo en la terraza, con el rumor del mar y una brisa muy agradable, tomando un rico café con los petit fours, donde Oscar Calleja sale a saludar a los comensales y con el que tenemos una breve conversación.
La noche acabó con un mojito y un margarita, perfectamente ejecutados.
Despedida muy especial del amigo Andres, con el que esperamos coincidir mas a menudo.
El precio indicado, es el correspondiente al Menú Experience.