Algo de brasa y poco mas
Ubicado en una casa antigua de cierto encanto, el restaurante queda en una calle bastante escondida ahora por las interminables obras del "metro", para situarse, justo detrás de El Corte Inglés, bueno, ya estamos ubicados.
El entorno es rústico, mesas bien separadas, vajilla y cuberteria normalita, algunos platos desconchados.
La carta no sorprende, típicos primeros y segundos y algo de brasa, empezamos con una ensalada de foie, algunas hojas de lechuga y un foie de lata de cualquier supermercado, y unos buñuelos de bacalao, demasiada masa y poco bacalao.
Los segundos, pies de cerdo con bolets, lo mejor la salsa, y unas costillitas rebozadas, lo mejor las patatas fritas con all i oli. bastante decepcionados cuando lo mejor son la guarnición y las salsas.
La carta de vinos, típica, cune, coto, luis cañas.... cambian las copas pero las que traen no son mucho mejores que las de agua, el vino servido a temperatura...ambiente, es decir, subido de temperatura, sirven directamente las dos copas y aire.
Lamento no escribir algo mejor, pero al menos esa noche, esta fue nuestra experiencia.