Casa de comidas puesta al día.

Restaurante que nos recomendó el amigo Cachina y la verdad es que fue todo un acierto, de hecho cenamos allí dos veces.
Las dos veces optamos por ocupar una mesa en la terraza que habilitan en verano, estas, están muy bien vestidas, aunque un poco juntas unas de otras, menaje y cristalería de calidad.
Servicio joven, muy amable y atento.
Para compartir elegimos:
- Una ensalada mixta, 7€, correcta, con su lechuga, tomate, esparragos, huevo cocido, etc...
- Salmorejo cordobés, 9€, muy rico, emplatado individualmente, con su huevo picadito y sus virutas de jamón ibérico.
De segundos:
- Solomillo de atún rojo, 17€, bastante flojo, juraría que era congelado, bastante correoso, solo se le ocurre pedir atún rojo a mi mujer en mitad de Avila.
- Solomillo de ternera avileña con foie, 22€, muy, muy bueno, uno de los mejores solomillos que me he llevado a la boca, muy tierno, con gran sabor y perfecto de punto.
De postre:
-Helado del dia, 5,50€, en este caso era de plátano, muy cremoso y con un sabor muy conseguido.
La cria cenó un arroz con tomate y huevo frito, 9€, casi lo acabó, buena señal.
En el apartado de vinos tienen una carta con referencias interesantes donde poder elegir y a unos precios comedidos, en este caso optamos por un Cuñas Davia Barrica 2008 a 21€, servido en su cubitera correspondiente.
Con el postre pedimos un par de vinitos dulces, un Oporto LBV 2007 y un moscatel de Ochoa.
La segunda noche básicamente repetimos el menú, cambiando los segundos por un chuletón de ternera avileña, 19,5€, pieza de unos 600gr aprox. rica de sabor, aunque un tanto correosa debido a gran presencia de nervios.
Para beber un borgoña correctito de J.J Confurón a 29€ e invitación a los vinos dulces.
Muy buena opción en pleno casco histórico.