Es lo que tiene el verano, que se agradecen los locales con terraza. Si tienen la suerte de acercarse hasta Suances no dejen de recalar en ésta situada en el centro del paseo, con fabulosas vistas al mar (mejor entorno imposible) y que destaca por su sencillez y originalidad demostrando cómo con escasos elementos decorativos se puede conseguir un ambiente excelente y acogedor basado en el concepto de las antiguas tiendas de ultramarinos. En el exterior, un pórtico como marco, un toldo para paliar los calores, no muchas mesas bien holgadas y sillas de madera de moderno diseño, amplias y muy confortables. El interior, de rotundo blanco luminoso y discretos focos, cede todo el protagonismo a dos carteles publicitarios de los años 60 de tamaño gigante y al colorido de diversas y completas colecciones de botellas (vinos, ginebras, cervezas, tequilas, rones…) dispuestas en torno a una espaciosa barra. Abierto de desayunos a madrugadas. Servicio joven, profesional y atento. Amplia carta de vinos, cervezas y copas. Probamos la oferta de picoteo en la hora del aperitivo (muy selecta aunque de momento algo limitada - han inaugurado hace apenas dos meses-) consistente en embutidos, laterío variado y elaboraciones simples (deliciosas las anchoas y extraordinarias las sardinas con ensalada) y repetimos la sobremesa con los consabidos gin tonics. No supe muy bien si la gente va o viene….. pero me consta que se queda y repite.RCP estupenda.Promete y cumple. Yo volveré…