Hola!! Me temo que el comentario que tengo voy a realizar con respecto a este restaurante, lamentablemente no es nada bueno. Al entrar, la sra. Lupe nos preguntó si queríamos la picadeta, a lo que respondimos que veníamos con otra idea, comer dos entrantes y compartir y después tomar un arroz con bogavante. Fueron muchos los malos entendidos que hubo entre nosotros (4 amigos) y los camareros de dicho restaurante. Tal vez el que más nos molestó fue el del camarero joven al respondernos que salíamos baratos por no querer tomar postres (la verdad es que no eran nada apetecibles los que veíamos en las mesas y decidimos tomarlo en otro lugar). Perdón, se me olvidaba, también fue muy desagradable cuando al entrar nos sentaron en una mesa del comedor principial y después quisieron cambiarnos a una habitación interior sin ventilación. Evidentemente respondimos que no, que ahí no comíamos; así que cambiaron de opinión y nos volvierona sentar en la mesa que dos minutos antes estaba "reservada". La desconexión entre los camareros era más que evidente, ya que a lo que uno te respondía que si, el otro te respondía que no, y pedir lo que queríamos fue algo difícil de conseguir. La calidad del servico es pésima, y el restaurante es poco acogedor y está un poco envejecido. Remarco la poca amabilidad, los malos entendidos (porque no quisimos pedir el menú que ellos te ofrecen), los comentarios desagradables que nos dedicaron. Sin duda, es un restaurante al que no volveremos jamás. Suerte que disfrutamos de la compañia de unos buenos amigos, y de las bromas que surgieron alrededor del trato que recibimos por parte de estos camareros desconectados entre sí. Al final fue un día agradable lleno de risas y bromas, eso se lo agradecemos.