Interesante

En esta región, casi todas las semanas aparecen jornadas gastronómicas, ayer con unas de pinchos y otras de pulpo, estaban las de cuchara con cocido montañés, cocido lebaniego y olla ferroviaria.

Día que amenazaba agua con el frente que entraba por el oeste, así que mirando las ofertas, nos decidimos por la zona este de la región y en concreto por la Villa de Santoña, que hace mucho tiempo que no visitábamos.

La primera grata sorpresa que nos llevamos fue con el local; acristalado, con amplias vista al puerto, con mesas amplia etc.. Buen comienzo.

A las 14,30, con reserva previa, nos acomodamos en una mesa junto a un amplio ventanal, en un espacioso, amplio y muy luminoso comedor, con una ocupación de más del 50%.

El menú consistió en:

Ensalada de pimientos asados, con conserva de ventresca de bonito.

Rabas de jibia

Olla ferroviaria de patatas con almejas y langostinos

Y de postre, arroz con leche.

De beber el menú te ofrecía un vino de cosecha de Rioja.

En cuanto a la comida:
Muy buenos los pimientos con la ventresca, buenas las rabas y muy buenas las alubias con las almejas y los langostinos. El arroz con leche sin suspender, fue lo que menos nos gustó, estando demasiado líquido y con poca cremosidad.

El precio del menú con lo descrito fue de 22.5 euros.

Tomamos por aquello de “otro vino” Fernández de Peirola crianza 2009 a 17 euros, pero sin ver la carta de vinos ni los precios de los mismos.

Los manteles y las copas de muy buen nivel. El servicio muy profesional , muy correcto con un buen ritmo de servicio.

Comentario:

Grata sorpresa, lo que comimos estuve en general a muy buen nivel. Era un menú pero me pareció un buen precio y con un buen servicio.
En el acceso al comedor vi unas parrillas, que seguro que hacen en ellas maravillas con el producto de la zona, por tanto, otra razón parar repetir.