¿Expectativas demasiado altas?

Después de saber de sus premios y ver un reportaje en TV, probablemente íbamos con exceso de expectativas. Además, fue el primer local que visitamos en Valladolid.

Local grande, que suele llenarse, así como la terraza, con precios sensiblemente más caros, que pueden llegar a incrementarse en más de 3 euros por plato, por lo que optamos por la barra. Decoración antigua. Camarera atenta, pero bastante gritona. Carta decepcionante: media docena de pinchos de diseño y algunos pinchos y platos de toda la vida. Me equivoqué: me esperaba más diseño. Variedad de vinos tintos a copas. De blancos, sólo de Rueda. Copas normales.

Ya puestos, probamos un poco de todo:
- Tostada de ibéricos (2,60€) - Ni mejor, ni peor que en muchos otros locales.
- Morcilla de Burgos (4,50€) - Buena.
- 2 jabón de pato (2,95€) - Raro, raro. Encontré demasiado contraste de sabores, alguno de ellos no demasiado agradable para mí. A mi hija no le gustó en absoluto.
- Mini burguer (2,75€) - Sabrosa.
- 3 baguettinas (1,95€) - Su mayor gracia consiste en que se come el envoltorio. Bien.
- Tigretostón (2,75€) - Éste, sí. Además de original, delicioso.
- Tierra-Mar-Aire (2,75€) - Original, pero el sabor no acompaña.
- Brocheta de rape (2,50€) - Bien.
- Ración de croquetas (4,50€) - De bacalao. Algo insípidas.
- Obama en la Casa Blanca (2,75€) - Junto con el Tigretostón, lo que más me gustó. Sabroso y con un contundente sabor a trufa.

Una copa de vino de la casa de Toro (0,90€), 1 cerveza (1,60€), 3 copas de Emilio Moro 2007 (3,-€/ud.) completaron la cena.

Si sólo hubiésemos tomado los pinchos "de diseño" es probable que hubiese aumentado la puntuación. Aunque esperaba más, la verdad es que comimos bastante bien... Pero no repetimos.

El precio corresponde a lo que tomé yo.